La gasolina disparada. El precio del dinero a punto de complicarle la vida más a las empresas y a las familias. Las cifras del paro disparadas y, lo que es peor, repartiendo el drama indiscriminadamente en todos los sectores de actividad.
¿Qué más nos tiene que pasar? ¿Cómo no aconsejar a nuestros hijos o a nuestros nietos que emigren ya a un lugar en donde haya alguna expectativa por dura o remota que sea?
Que termine ya la legislatura y se convoquen elecciones. No es por que piense yo que, de ganar el Partido Popular -que está por ver- vaya a cambiar algo. No es que, de ganar de nuevo el PSOE -con Zapatero, con Rubalcaba o con quien sea- me parezca que algo nuevo vendrá.
Es solo que la pesadilla tiene que acabar ya. Y a lo mejor desenchufando y volviendo a enchufar se arregla algo.
El otro día en un acto oficial, el Rey despedía a un buen número de chicos y chicas becados por La Caixa que se van a estudiar al extranjero. "Espero que a vuestra vuelta haya más puestos de trabajo" les dijo Juan Carlos; y su cara era un poema.
Comentarios críticos sobre las cosas que nos pasan a la gente corriente
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