
Chipre puede ser el principio del fin del euro y de la
Unión. Así de simple. Así de estúpido.
Chipre es un país, pequeño sí, pero pertenece a la UE en
pie de igualdad con Alemania o España. Y, como sabe cualquiera, el daño a una
parte del sistema, acaba dañando al conjunto.
Ni siquiera creo que la fórmula propuesta sea un ensayo.
Creo que es el resultado de la mezcla de la naturaleza ideológica
(¿ideológica?) del ejercicio del poder político en los países de la Unión hoy y
la parálisis dolosa de las instituciones europeas. No hay límites: si Chipre (o
quien sea) se sale del guión de lo que ya se conoce como el austericidio, se le rescata a un precio si
es necesario impagable. Ah ¿Qué hay gente en Chipre o en donde sea y que es la
gente corriente quien acaba pagando la orgía defraudadora de las clases
dirigentes incluso con los cuatro cuartos que han conseguido ahorrar? Vaya,
pues se siente.
Eso no es Europa. Eso es algo que no estaba en la mente
de los fundadores. Eso es algo que no tiene ningún sentido. Si Europa solo
puede serlo así, mejor que no sea.