
Uno: parece que Luis Bárcenas, “esa persona” como le llama
Cospedal en un pueril intento de conjurar la bicha no mentándola, ha decidido
abrir la Caja de Pandora y parece que vamos a asistir a una explosión sostenida de
porquería. De su despacho en la calle Génova de Madrid salían
sobresueldos para personajes menores y otros relevantes del Partido. ¿Es
verdad? No habrá que esperar mucho para saberlo, ya verán. Pero descuiden,
tenemos el estómago tan acostumbrado ya que ni arcadas nos dan.
Dos: ¿Ha regularizado Luis Bárcenas fondos opacos acogiéndose
a la amnistía fiscal de Montoro? La negativa de la Agencia Tributaria en un escueto
comunicado de prensa es absurda y patética. Bárcenas manejaba ese dinero a
través de una sociedad instrumental. Hombre, tonto no es. ¿Tuvo alguna vez Montoro
la intención de publicar la lista de defraudadores como afirmó, o fue un bridis
al sol como ya dije en este mismo lugar? ¿Fue la amnistía fiscal algo mucho más feo que un instrumento para un perdón injusto? Pues ustedes dirán, queridos lectores.
Tres: ¿Tiene que ver un asunto con el otro? El abogado de
Bárcenas dice que no. ¿Qué va a decir? Pero ¿alguien que no sea tonto de baba
puede creérselo? Hablamos de Bárcenas, ya saben “Luis, el cabrón” según aquel
gestor de inmundicia de nombre Correa que tenía un lugarteniente de viñeta
cómica, “El Bigotes”, que hasta la corrupción es ridícula en nuestro país, una desgracia añadida; de quien hablamos es de un sujeto que ha manejado la sala
de máquinas del PP desde hace muchos años y que estaba instalado en el mismo
corazón del partido; del tipo que sabe todo lo que muchos prefieren no saber;
es el personaje que, ya encausado, pedía un coche del PP para que llevaran a
declarar a su mujer al juzgado: y se lo daban.
Si es verdad que el grifo de las gratificaciones negras lo
cerraron Rajoy y Cospedal como parece, que lo digan ya. El panorama de la política
en España es verdaderamente desolador pero esa colección de presuntos delitos es
insoportable. Quiero pensar que el dinero de Suiza no era del PP (quiero decir
que no lo robó el PP a las arcas públicas primero y que no eludió al fisco además) Díganlo también. Eviten que sus
portavoces vayan por ahí como boxeadores sonados. Que se calle Cospedal y no añada estupidez a la inmundicia, manden a casa a Floriano, eviten esos malos tragos a Alonso, ese pobre hombre. Hable Rajoy y hágalo con palabras sencillas,
inequívocas. Dénnos una pequeña esperanza a la gente. O váyanse al infierno de una maldita vez.