
Ambos
partidos están ahí y no desaparecerán, tienen peso específico
notable en el Parlamento y responsabilidades de gobierno en
Autonomías, Diputaciones y Ayuntamientos y, por tanto, seguirán
haciendo daño de un modo u otro. Pero debemos tener presente en las
relaciones políticas que cuanto puedan decir sobre estos asuntos tan
graves en los que ahora está España ocupada y preocupada, no
es porque les importemos nada los españoles, sino porque tales
asuntos son un pretexto más, como tantos otros, para intentar
derribar un Gobierno que ostenta una legitimidad democrática que a
ellos, a pesar de sus mentiras y su constante manipulación, nadie
les niega.
Trataron
de desautorizar al Gobierno de Zapatero mientras duró la legislatura
y lo están haciendo con el de Coalición desde que arrancó su
mandato; viene de lejos y nada que ver tiene eso con la Covid19 que,
a tales efectos insisto, es coyuntural.
Lo
primero es contener la epidemia; parece que eso es una obviedad. ¿El
Estado de Alarma ha servido para ello hasta ahora? Es evidente que
sí. ¿Hemos conseguido vencer a la enfermedad y minimizar las
posibilidades de un rebrote? En absoluto; esa es otra verdad
palmaria. ¿Hay alternativa a mantener la Alarma? Si la hay, ni PP ni
Vox la tienen puesto que no la han expuesto en ningún momento.
La
negativa y la abstención son la misma cosa porque tienen la misma
intención: negar el mantenimiento del Estado de Alarma; es solo que
la segunda de estas opciones es falsa en sí misma; solo se distingue
de la primera en que es más cobarde.
El
PP hubiera querido oponerse desde el primer día, pero hasta ellos se
daban cuenta de que hacerlo el 14 de marzo y en las sucesivas
prórrogas habría sido muy mal visto por una parte de su electorado.
Es ahora, el momento en que estamos empezando a ver que las cosas
mejoran cuando Casado, el esbirro, ha dudado.
Puede ocurrir que no haya rebrote o
que sí, así es que -habrán pensado los estrategas del PP y quienes les mandan- es preferible ni carne ni pescado que es la mejor forma, creen ellos, de
negar el éxito al Gobierno o seguir atribuyéndole todos los males
llegado el momento y según por donde vayan los acontecimientos. ¿Que
eso es una especie de pragmatismo criminal dado que hay muertos? Se arregla con corbatas negras, banderas a media asta, lágrimas
negras de rimmel, funerales y homenajes varios. Es la derecha, amigo.
Por
eso Casado, el esbirro, se ha pasado la semana diciendo que el PP
votaría no, para finalmente acabar absteniéndose en una pirueta
infantil que no le diferencia de Vox y, sobre todo, no le hace mejor
que Ciudadanos, un partido de derechas a la expectativa que ayer en el
Congreso ganó puntos y le mojó la oreja a modo; no crean, hay quienes observan en silencio y toman nota; Rivera salió mal, pero quien sabe.