martes, 24 de mayo de 2011

Congreso

Patxi López se ha adelantado y, tras él, un turbión de dirigentes regionales piden lo mismo: un Congreso Extraordinario y urgente para elegir un nuevo líder...y a toda su corte. Nada de primarias pues solo añadirían ruido dicen no pocos, especialmente las vacas sagradas. Y respecto a los aspirantes, el zorro plateado guarda un prudente silencio como corresponde a su condición y a la joven y sin embargo suficientemente preparada candidata se le ha escapado que no le pone lo del Congreso porque no se comería un colín. Más de lo mismo.
Y a mi que me gusta la idea, oyes. Más aún, me ha pasado –y perdonen la impostura- como a Luther King, que he tenido un sueño: se celebraba el Congreso de marras y triunfaba la tesis de que el PSOE , como representante más cualificado de la izquierda, hacía de la necesidad virtud y apoyándose en sus homónimos europeos y en las gentes del 15-M decidía que se puede hacer una política distinta de la del fatalismo y el sometimiento a fuerzas que nadie ha legitimado y, si eso hace que Europa se tambalee, pues sea, al fin y al cabo y después de tanto tiempo sigue a medio construir. Asumía igualmente que, tras la caída del Muro, la izquierda no ha hecho otra cosa que perder masa crítica en su cardumen ideológico y político y que, presa de una especie de complejo de culpa, se ha dedicado tan solo a edulcorar los efectos del neoliberalismo rampante allí en donde tocó poder y, en donde no lo tenía, a entretenerse en sus cosas, a gestionar su propia mediocridad.
Soñé que alguien decía en la tribuna: "muy bien, habrá que hacer una larga travesía del desierto; pues aprovechemos para abrir las ventanas y que entre el aire fresco: se lo debemos a la gente que, con la que se avecina, va a necesitar algo en lo que creer"