Llevo toda la semana explicando a quien lo quiera escuchar (no
crean, no hay demasiada gente, así de enconado anda el personal) que Pedro
Sánchez no perteneció al Consejo de Administración de Caja Madrid y sí a la
Asamblea; ese cargo, no remunerado, se ocupaba automáticamente por ser concejal
del Ayuntamiento de Madrid. ¿Se le puede atribuir responsabilidad alguna en el
desastre de la Caja? En puridad, no.
Es verdad que la Asamblea aprobaba las cuentas anuales,
pero deducir de eso responsabilidad personal sería tanto como suponer que usted
y yo la tendríamos en la hipotética quiebra de nuestra Comunidad de Vecinos
toda vez que votamos propuestas de la Junta Directiva cuyo presidente acabamos
descubriendo que era un chorizo.
En Caja Madrid, en realidad, las decisiones trascendentes
las tomaba una camarilla –bien asistida de una cosa que se llamaba Comisión de
Control y a cuyos responsables ha retribuido Ignacio González con bonitos cargos
en el Canal de Isabel II- que incluso
ignoraba al Consejo, con Blesa , antes de Blesa y después de Blesa; durante
años. Ese órgano, el Consejo, no era más que un cementerio de elefantes en
donde iban a parar políticos grises pero muñidores de contubernios y alianzas,
alcaldes en paro que había que colocar en alguna parte, sinvergüenzas conocidos
y algún que otro tonto de baba que no lo era tanto a la hora de trincar. Y todo
ello, bien aderezado –especialmente en la etapa en que gobernó la Comunidad
Aguirre- por una salsa de la mejor tradición siciliana.
Ahora bien, no he entendido por qué Sánchez se ha quejado
de “juego sucio” Lo mejor que pudo haber hecho era no sacar de su curriculum
que perteneció a la Asamblea de Caja Madrid. ¿llama juego sucio a que se diga
que así fue? Pero es que fue así. ¿consiste el juego sucio entonces en que se
diga ahora en plena campaña? Pero si cree eso, lo que nos está diciendo es que considera
preferible ocultar datos que pueden ser malinterpretados? Que mal rollo para alguien
que pretende regenerar lo que sea que pretenda regenerar ¿no? Es que, como todo
el mundo sabe, ocultar parte de la verdad también es mentir, aunque podamos
llamarle pragmatismo, conveniencia o cualquier otro eufemismo de los que tenemos
a nuestra disposición y que últimamente la parroquia tolera francamente mal.
Sánchez es quien más avales presentó junto a su
candidatura a Secretario General; después vinos y oímos –yo al menos así lo ví
y oí- que el más sólido es Pérez Tapias y, por último, desde hace algunas
fechas vemos a un Madina que parece haberse sacado de encima la timidez y se ha
soltado la melena por la izquierda aunque no llegue a lucir coleta. Mañana se
vota: suerte, que vote mucha gente y que los militantes acierten: las dos cosas
son necesarias. Nos jugamos mucho.