El vegano es de buen conformar, de modo que no se presta al enconado debate; se encoje de hombros y se larga a preparar el menú, algo que le suele llevar su buen rato. En cambio, si le digo al otro que tiene suerte pues a menudo pertenece a esa especie que puede comerse un par de huevos con patatas y, en el improbable caso de que le remuerda la conciencia, siempre puede quedar bien con monseñor Cañizares redimiendo el pollicidio en confesión, se pone levantisco y no ceja hasta que dice la última palabra…que no suele ser un piropo.
Sobre la cosa del CIS, mi amigo Javier
Batanero acaba de contar en el feisbuc que
“el sondeo político ha sustituido a la astrología o al tarot” y asegura que
tuvo “…una prima que planeaba su vida en función de lo que le decían los astros
o los arcanos y, cuando estos no acertaban, en lugar de cuestionar la
efectividad de las cartas o la influencia de los astros se culpabilizaba
preguntándose ‘que habré hecho mal’... Sostiene Javier que: “hoy está pasando
con la industria de la opinión política que contagia a los propios políticos. Los
sondeos, para ambos, ya no predicen lo
que puede pasar: SON LO QUE PASA. Y los mismos partidos, cuando las buenas
previsiones no se cumplen -como mi prima- se culpabilizan y se preguntan ‘qué
hemos hecho mal’ (Podemos) Y si se cumplen, deducen ufanos: ‘lo hemos hecho genial’
(hoy mismo el PSOE). La realidad, como tú, Juan -este Juan, soy yo- estás harto de repetir, es que 156 son más que
137. Esto no lo ven; y si lo ven, no le dan categoría de realidad potencial" Nada que añadir a lo que dice Batanero, que
habla con verdad y pico de oro…y además me cita, así es que punto en boca,
oyes.
Todo es relativo. Por ejemplo, hoy he visto
una foto robada de Sánchez y su señora en una playa de Vera, Almería (sitio,
sepan ustedes, en donde veranean notables de distinto signo, amén de
periodistas de distinto, de distinto…lo que sea) Tranquilos, no voy a criticar el
derecho del guapo prócer al descanso. Pero he pensado lo raro que es todo:
mientras que él relaja sus hombros abrumados por el peso de la responsabilidad
de ser la alternativa en el chiringuito, yo estoy aquí, en los madriles, asombrándome
de lo que este país ha cambiado en apenas 40 años. Lo que mira Sánchez medio
recostado en la toalla tal vez, solo tal vez, de intenso color escarlata, no es
“la enorme mezcolanza de hombres y mujeres…público remiso a usar el albornoz”
como decía un informe del Patronato de Protección de la Mujer de 1944 y nos
recuerda Eslava Galán en Los años del
miedo, o una “gusanera multicolor” pues, “…tras del pecado original, y
cabalmente a causa de él, somos incapaces de gozar inocentemente al ver las
bellezas de un cuerpo humano. Por eso es menester cubrirlo, para no ser a los
demás ocasión de pecado, cosa que, por otra parte, es necesaria en nuestro
clima” como sermoneaba por aquellas mismas fechas el padre Blanes, martillo de herejes
que no se comían un colín, ni literal ni figuradamente.
Insisto, hay que ver lo que hemos cambiado. Lo
que mira Panchez (como le llama mi hijo) es gente sin
gobierno que parece que no esté sin gobierno; tan tranquilos, como si no
hubiera un CIS. Debe de estar perplejo…como los taurinos con los veganos.
Dicen que esta tarde habrá chubascos
tormentosos en el centro. A ver si es verdad, se liberan los iones y me quito
de encima esta preocupación que tengo con el techo del gasto que no me deja
vivir. ¡Que calorín!