miércoles, 14 de diciembre de 2011

Rosell

Tiene Rosell, presidente de los empresarios, alguna virtud; no digo que no. Por ejemplo: cuando se manifiesta pone una cierta distancia mayestática como corresponde a su alta magistratura, se expresa bastante bien y es hombre de sutilezas. Casi siempre.

No sucede lo mismo con alguno de sus vicepresidentes que suele adoptar aires entre campechanos y bordes, salvo que  esté adulando a políticos de su devoción no precisamente mariana, en cuyo caso es todo ternura.
Al segundo se le entiende todo. También al primero. Y a los dos se les ve venir a la legua crecidos como están.

Las dos perlas más recientes del empresariado militante son los llamados minicontratos, o miniempleos o como se les quiera llamar, y lo que Rosell cree que se debe hacer con los empleados públicos.

Lo de los minicontratos es una cosa que, por lo visto, inventaron los alemanes (así es que, ya está: es cojonuda) y que los empresarios españoles tratan de vender como la leche en bote: sí, se cobra poco, pero se trabaja pocas horas, se elige el horario, etc. O sea que si estás en el paro vas al empresario y le dices: a ver que quiero currar de 8 a 10 los lunes; de 19 a 21 los miércoles y luego pues, así a ratos; vale, 400 pavos y la mierdecilla de la Seguridad Social; menos es nada. Os estrecháis la mano y a levantar el país codo con codo y en pié de igualdad a toda velocidad. Algo así es lo que dicen ciertas multinacionales que localizan talleres en el tercer mundo: esa gente cobra una miseria y no hay derechos que valgan, pero sin eso, seguirían siendo la miseria misma. Sí, vale, ya se que no es igual, que esto es Europa y no Bangla Desh; pues por eso.

En cuanto a lo de los empleados públicos, Rosell debería ser revestido por el Estado del poder suficiente, pues tiene la solución a tanta mangancia:  "Con los que no tienen trabajo hay que hacer lo mismo que hacemos en el sector privado, buscar soluciones, recolocarlos, reubicarlos y, si no hay más remedio, despedirlos. Hay que acostumbrarse a que en lo público las cosas sean igual que en lo privado" Digo yo que para qué "buscar soluciones" "recolocarlos" y "reubicarlos" Lo eficiente es despedirlos y ya está. Si las cosas "en lo público" han de ser como "en lo privado" pues lo que hay que hacer es privatizarlo todo, ¿a qué andarse con medias tintas? ¿no?