Se
agradece que el ciudadano Felipe haya hablado con claridad, sin
eufemismos.
Tiene
razón cuando dice que el Govern ha subvertido la Constitución y el
Estatuto; pero eso ya lo sabíamos todos, incluso los
independentistas.
Lástima
que desde anoche sea menos el Rey de todos los españoles; no ya de
una parte de los catalanes, no, de los españoles, catalanes o no.
En unos pocos días Rajoy
se ha escondido detrás de la Ley, luego de las Fuerzas de Seguridad y
ahora detrás el Rey. Todo un record.
Lo de anoche no es comparable para nada al
discurso de su padre en 23F como se ha pretendido; aunque formalmente
pudiera entenderse que sí, el titular de la Corona actuó entonces
como Rey y como Jefe del Ejército, pues militares eran los
sublevados y lo hizo en un contexto político y social muy diferente;
allá quien no quiera verlo.
El
Borbón reina pero no gobierna. Como entonces; pero entonces el
Gobierno y el Legislativo estaban secuestrados y el Rey cumplió con
un papel que precisaba, necesariamente, de cierta autonomía. Lo de
anoche es diferente.
La ansiedad del PP hizo que Casado (que no es miembro el Gobierno que yo sepa) apareciera en apenas unos instantes después para valorar el discurso real. Se lo sabía de memoria y lo acababa de oir.
En
ese discurso no hay ninguna autonomía, ni siquiera la que se deriva
del papel de moderación y arbitraje que la Constitución asigna al
Rey. Es un discurso dictado por el Gobierno que, en esto como en
tantas cosas, no gobierna para todos.
El
Rey se ha equivocado. Su aparición debía servir para atemperar los
ánimos, no para añadir leña al fuego. No, el problema que tenemos
encima de la mesa va más allá de la actuación de un Govern suicida, es un problema que está podrido y que desde anoche huele aún peor.
No,
el Rey no es garante de la Constitución ni de nada como se anda
diciendo por ahí. “Artículo 56.1 El Rey es el Jefe del Estado,
símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el
funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta
representación del Estado español en las relaciones
internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad
histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la
Constitución y las leyes” Nada más.
Se
ha equivocado aceptando un papel que no es el suyo y la institución
de la Corona ha sido erosionada más por la cobardía y la
inoperancia de un Gobierno nefasto soportado por un partido
corrompido, algunos oportunistas y otros que se dedican a esperar la
llegada de un tiempo que no volverá. En el enésimo ataque a su
propio país, el Gobierno ha quemado un cartucho simbólico para
tapar su irresponsabilidad...y no hay otro más en la cartuchera.