martes, 3 de octubre de 2017

No es el Rey de todos los españoles


 
Se agradece que el ciudadano Felipe haya hablado con claridad, sin eufemismos.

Tiene razón cuando dice que el Govern ha subvertido la Constitución y el Estatuto; pero eso ya lo sabíamos todos, incluso los independentistas.

Lástima que desde anoche sea menos el Rey de todos los españoles; no ya de una parte de los catalanes, no, de los españoles, catalanes o no.

En unos pocos días Rajoy se ha escondido detrás de la Ley, luego de las Fuerzas de Seguridad y ahora detrás el Rey. Todo un record.
 
Lo de anoche no es comparable para nada al discurso de su padre en 23F como se ha pretendido; aunque formalmente pudiera entenderse que sí, el titular de la Corona actuó entonces como Rey y como Jefe del Ejército, pues militares eran los sublevados y lo hizo en un contexto político y social muy diferente; allá quien no quiera verlo.

El Borbón reina pero no gobierna. Como entonces; pero entonces el Gobierno y el Legislativo estaban secuestrados y el Rey cumplió con un papel que precisaba, necesariamente, de cierta autonomía. Lo de anoche es diferente.

La ansiedad del PP hizo que Casado (que no es miembro el Gobierno que yo sepa) apareciera en apenas unos instantes después para valorar el discurso real. Se lo sabía de memoria y lo acababa de oir.

En ese discurso no hay ninguna autonomía, ni siquiera la que se deriva del papel de moderación y arbitraje que la Constitución asigna al Rey. Es un discurso dictado por el Gobierno que, en esto como en tantas cosas, no gobierna para todos.

El Rey se ha equivocado. Su aparición debía servir para atemperar los ánimos, no para añadir leña al fuego. No, el problema que tenemos encima de la mesa va más allá de la actuación de un Govern suicida, es un problema que está podrido y que desde anoche huele aún peor.  

No, el Rey no es garante de la Constitución ni de nada como se anda diciendo por ahí. “Artículo 56.1 El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes” Nada más.

Se ha equivocado aceptando un papel que no es el suyo y la institución de la Corona ha sido erosionada más por la cobardía y la inoperancia de un Gobierno nefasto soportado por un partido corrompido, algunos oportunistas y otros que se dedican a esperar la llegada de un tiempo que no volverá. En el enésimo ataque a su propio país, el Gobierno ha quemado un cartucho simbólico para tapar su irresponsabilidad...y no hay otro más en la cartuchera.