A lo que parece,
Pedro Sánchez ha acordado con los llamados "barones" que sólo iniciará
contactos con Podemos si renuncia públicamente a lograr que los catalanes se
pronuncien sobre la independencia, no sobre el modo de posibilitar un
referéndum (incluyendo, se supone, la reforma constitucional más que difícil en
esta materia) ni sobre la independencia misma (eso ya lo ha hecho Podemos: en
contra) sino sobre la consulta propiamente dicha, contra que los catalanes
digan lo que quieren, vaya.
O sea, se ponen solemnes
como quien les pide a Podemos que renuncien a la lucha armada o algo así.
Demócratas hasta la medula esta gente, oye, que naturalmente, no renuncia a
recibir el apoyo del demonio cuando gobiernan una comunidad autónoma o un
ayuntamiento. Sobre lo que de verdad dice Podemos en esta materia, las
hemerotecas están a disposición de quien las quiera consultar, así es que para
qué vamos a perder el tiempo aquí en debatir sobre si la abuela fuma.
Hoy se reúne el Comité
Federal para cerrar un debate falso que, naturalmente, se cierra en falso. Para
eso -para parir un ratón- estuvieron reunidos ayer en Ferraz los prebostes y
prebostas (¿se dirá prebostas?) cinco horas. A mí me parece que el PSOE debería
dejarse de mareos y facilitar la investidura al PP por el bien de España y tal y cual y
pascual, al fin y al cabo es lo que le pide el cuerpo a unos cuantos y ya nos
aclaramos todos por si todavía hiciera falta.
En la oposición es
donde les ha puesto el pueblo español, dice Susana Díaz, y es allí donde hay que
quedarse reflexionando otro buen rato y eso a fin de volver a ser la alternativa de izquierdas
que España necesita y bla, bla, bla. Entre tanto, un grupo de enterradores de aspecto muy digno rodea a Sánchez y hacen como que no les vemos o igual es que, efectivamente, se creen que nos los vemos. A ver si se les aparece Pablo Iglesias (el genuino); a mi se me antoja que más que iluminarlos los correría a gorrazos.