Iba a escribir que me sorprende, pero la verdad es que no. Me refiero a la prácticamente total ausencia en campaña electoral y ahora en el proceso de negociación, de referencias al Transatlantic Trade and Investment Partnership, conocido (es un decir) por sus siglas TTIP, entre Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la semana pasada concluyó la duodécima ronda de negociaciones entre la UE y Estados Unidos
¿Lo sabía? No, claro que no.
Se
comprende que este asunto no esté entre las preocupaciones del PP y del PSOE,
al fin y al cabo el Partido Popular y el Partido Socialista europeos han bloqueado
sistemáticamente cualquier intento de divulgar en qué consiste el Tratado, o
sus secuelas el TISA (lo mismo para la comercialización de servicios en amplio
sentido) y el CETA (entre Europa y Canadá) Son los que a nosotros los europeos más
nos conciernen, pero hay más que, como aquéllos, tratan de configurar un orden
económico (y, naturalmente, político) que respondería a una nueva fase del
capitalismo: es, por ejemplo, el TPP (Tratado Transpacífico) y otros.
Tanto
Podemos como Izquierda Unida, por sí o a través de sus homónimos en el
Parlamento Europeo, sí se han posicionado regularmente en estos asuntos. Hace
poco el eurodiputado de Podemos Xabier Benito explicaba su experiencia tratando
de obtener información sobre el TTIP en Parlamento Europeo: https://www.youtube.com/watch?v=ZCK1ZL8p3fw Y en las
jornadas celebradas recientemente en Madrid, Un
Plan B para Europa,
bajo los auspicios de la plataforma DIEM25 (cuya figura más destacada es el
exministro de finanzas griego Yanis Varufakis) estuvieron Alberto Garzón (IU)
Mónica Oltra (Compromís) Miguel Urban (Podemos). A destacar la ausencia de políticos de algún
peso en el PSOE; sí estuvo, Josep Borell, alguien que siempre ha sido en cierto
modo, un verso suelto, y representantes de Economistas frente a la Crisis, que acaba de escenificar un alejamiento de partido de Pedro Sánchez a cuenta del acuerdo con Ciudadanos.Muy poco en todo caso para la trascendencia que este asunto tiene, la verdad.
Como explica Jorge Alcázar en su magnífico y muy recomendable libro TTIP La gran amenaza del capital (Akal 2015) desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en Europa occidental se fue imponiendo un modelo político basado en una dualidad: la socialdemocracia y el conservadurismo. Se me acusará de reduccionismo sin duda: vale, pero el hecho es que la brecha entre ricos y pobres en Europa no ha parado de crecer y en España tenemos el dudoso honor de estar a la cabeza del ranking (los datos de la OCDE está a disposición de cualquiera) El bipartidismo español es el trasunto de esa dualidad que mencioné; aquí ha saltado por los aires, pero no solo aquí...y ya veremos.
La
aprobación del TTIP si se produce, será sin luz ni taquígrafos y sin referéndum
previo de ningún tipo. Conviene que nos vayamos atando los machos y, desde
luego, a quienes nos dedicamos a informar y divulgar nos cumple armar un
lenguaje que explique las cosas como son, que no llame libre mercado a lo que
no lo es (porque en esta fase del capitalismo, concentrado, oligárquico y
monopolista, no lo es); que ponga cara a los llamados "mercados" porque la tienen; que denuncie el hecho insolidario de los nacionalismos,
siempre herramienta de la burguesía depredadora y hortera; que promueva la solidaridad
entre los trabajadores o el compromiso de las fuerzas de la cultura, eso que
suena antiguo pero que es más necesario que nunca; que ponga el foco más allá
de nuestra nariz y muestre como, consumada la globalización financiera y económica, es
evidente el fracaso de las opciones ideológicas y políticas que pretendieron
embridar el capitalismo y gestionarlo para darle un rostro humano.
Desengañémonos, si el capitalismo ha tolerado el estado del bienestar es en buena medida porque
le convenía para su propia supervivencia; hoy la democracia no es un cuasi
sinónimo de liberalismo como lo fue en sus orígenes; en esta fase, el
neoliberalismo destruirá las mejores conquistas sociales si no le paramos los
piés…y el TTIP es una de sus armas.