jueves, 10 de noviembre de 2011

Esta casa es una ruina

Hay cosas que pueden llegar a inquietarnos mucho más que la prima de riesgo. Pero pertenecen a la esfera de lo cotidiano y, por tanto, no ocupan espacio o tiempo en los medios de comunicación.
Son, a mi modo de ver, la prueba irrefutable de que esto funciona cada vez peor, sin que los espabilados de siempre renuncien, no obstante, a sacarnos los higadillos como si no tuviéramos bastante ya con el paro, el IVA, la preocupación por los hijos sin futuro y toda clase de males atribuibles a la crisis.
Ya digo: oímos que la prima de riesgo se dispara o que Merkel anda enfadada con los meridionales en general y nos preocupamos, pero como que la cosa no nos pon de los nervios.
Ahora bien, pruebe a entenderse con diversos servicios de atención al cliente, trate de realizar gestiones con proveedores de servicios, etc y verá lo que vale un peine. Marque el número telefónico: invariablemente, una locución grabada le tendrá entretenido un buen rato y, al final, cuando usted consiga decirle a la máquina que desea entenderse con alguien e carne mortal, la voz en off le dirá que “todos nuestros agentes están ocupados y bla,bla,bla” Y será verdad, porque la crisis ha hecho que en todos estos servicios se haya reducido muy sensiblemente la plantilla. Resultado: los servicios de atención al cliente se han deteriorado, una prueba más de que este país de nuestros pecados cada vez funciona peor.
Si, finalmente consigue hablar con alguien, es probable que le deriven a distintos departamentos en donde habrá de explicar sus cuitas reiteradamente a diferentes personas. Puesto que usted habrá hecho todas estas relaciones cibernéticas y humanas a través de la línea 902, no se le ocurra pedir sin embargo que le pasen para terminar con el departamento de robar a la gente mediante líneas de pago; su interlocutor no entenderá a qué se refiere usted. Pero, no le quepa duda, el departamento existe.