domingo, 20 de mayo de 2018

La casa de la piscina

Pido disculpas por la vehemencia de estos días en redes sociales.

La indignación tiene eso, que te disparas.

Es indignante lo que pasa con Podemos y sus dirigentes...no de ahora,no; desde que nacieron, que lo de la casa es solo el penúltimo episodio de este acoso miserable, injusto y criminal a la tercera fuerza política de España.

Las razones de Iglesias y Montero para comprar la casa de Galapagar son perfectamente comprensibles y no las repetiré yo, pero podrían haber resuelto las necesidades de seguridad, familiares, etc de otro modo. Como explicaba magistralmente hace un par de días en La Vanguardia Pedro Vallín (http://www.lavanguardia.com/politica/20180519/443694272318/pablo-iglesias-el-gran-gatsby-galapagar.html) podrían haberse comprado un piso de mierda en el barrio de Malasaña alegando la necesidad de cercanía al Congreso o a la Universidad, o una vieja casa de labranza el triple de grande en Fuentidueña de Tajo pongamos por caso, pretextando que les pone la vida en el campo. Total, les hubiera costado más o menos lo mismo...así es que la cosa no va del precio.

Pero no, se han comprado un chalé con piscina en la Sierra...ya ven cómo de endeble es eso de la coherencia que para algunos se mide en largos de aguacloro. Y lo pardillos que ellos son, parece mentira que no supieran a estas alturas que el enemigo dispara con bala dun dun envenenada.

Han cometido un error porque deberían saber lo que iba a pasar y eso es muy inquietante, porque lo que les pasa a ellos le pasa a Podemos; es así y sorprende que no lo sepan o les de igual. Y mira que era fácil no cagarla, tampoco una piscina es imprescindible, digo yo.

Pero no han perpetrado ningún crimen y avergüenza escuchar a tanto vigilante de la moral pública y privada y a tanto hipócrita de mierda, vociferar llevando este asunto hasta el paroxismo en una especie de aquelarre que sería ridículo si no tuviera efectos gravísimos, públicos y privados.
Yo vivo en una buena vivienda desde hace tiempo, siempre fuí en potencia y en acto de izquierdas y en las últimas Generales voté a Podemos. Y por supuesto que he criticado a quien se aprovecha de sus cargos, a quien roba del herario, a quien se bunkeriza en una urbanización elitista, algo muy distinto a una casa en un pueblo lejos del centro que no es La Moraleja, ni Somosaguas, ni la Finca ,ni nada parecido, dicho sea de paso ¿Me van a pedir explicaciones esa gentuza por lo que salió de mis costillas? ¿Me acusarán de incoherente los puros de espíritu? Ya se pueden hacer idea de donde podrían meterse sus críticas unos y otros si las hubiera.

Aplaudí en primera instancia que Iglesias y Montero sometan su futuro a las bases, algo que han hecho no por el griterío ambiente, faltaría más, sino porque dentro de Podemos el terremoto es tremendo; gritan muy alto los monjes guerreros y los tontos que en todas partes hay. Pero hablaron las vísceras no la cabeza.

Me equivoqué. Hoy creo que eso va a dividir gravemente a un partido que tiene cinco millones de votantes. Y eso es un desastre porque el resultado final solo puede ser que gana el adversario, qué digo el adversario, gana el enemigo porque lo que tiene Podemos no son adversarios, son enemigos, poderosos enemigos, como resulta obvio.

Pero el daño está hecho pase lo que pase, porque si nada lo remedia -y no parece- habrá escrutinio, ya no hay marcha atrás. Y en tales circunstancias, lo pertinente sería que si el resultado no es un sí abrumador a favor de que sigan, sean ellos los que dimitan motu proprio. Con todo, va a costar mucho recomponer esto, estén ellos o no, pero ellos se han equivocado, ellos deben llegado el caso, sacrificarse. Es el mal menor.