domingo, 14 de junio de 2015

Zapata debe ser cesado

Pues sí, a mí me parece que el concejal Zapata debe ser cesado. Naturalmente, no para satisfacer a quienes sostienen una legión de becarios ocupados en la bonita tarea de rebuscar en la mierda ni, desde luego, para ofrecer una víctima a quienes se rasgan las vestiduras como si nunca hubieran contado en sus tertulias privadas, en sus trabajos, en sus alegres veladas, chistes de negros, de gitanos, de mujeres o de sudamericanos, panchitos les llaman.
Sobre si Zapata es antisemita o amigo de ETA no seguiré dale que dale: él ya se ha pronunciado y allá cada cual si lo quiere oír; si prefiere poner el oído en otra parte en donde despachan gratis raciones de bilis; si le cree o no; si le gustan sus greñas –dato nada menor como sabemos a la hora de juzgar, al igual que las coletas, los percings y esas cosas perroflautescas-  o no; si les parece simplemente un bocazas, o un potencial asesino en serie...en fin...
A mí lo que explica me parece suficiente: por la explicación en sí misma, por su trayectoria personal y profesional y por su declaración expresa sobre el holocausto y el terrorismo etarra (en este caso a los que se han echado al monte a toda velocidad no les parece bastante tal declaración aunque la exijan a otros a todas horas); pero lo sucedido es incompatible con su condición de cargo público; escribió los tuits hace tiempo, es cierto, antes de que se le ocurriera que podía ser algún día concejal, pero cuando te dedicas al servicio público debes saber que tu pasado, o el modo como se utilizan elementos equívocos de tu pasado, te puede explotar en la cara.
Sus comentarios en Twitter han provocado alarma y su afición por el humor negro, cruel e irrespetuoso, aunque sea desde el punto de vista de quien se acerca al tema para debatir sobre los límites del humor como él asegura -y yo no tengo por qué dudar de que es así- han actuado como una bomba de relojería; bastaba que un periodista metido a patético predicador le pusiera la espoleta para que estallara. Y, como no tengo razones para creer que haya causa que deba dirimirse en los tribunales (Manos Limpias cree otra cosa...cada cual pierde su tiempo y su dinero en lo que quiere) bastará con que  todo eso quede para su actividad profesional, para sus películas, para sus debates más o menos académicos, para esos espacios en los que es posible invocar la libertad de expresión sin tropezar con las servidumbres de la política. Por el bien del cambio que se ha iniciado, y porque es imprescindible mantener la ilusión, lo mejor es, a mi juicio y puesto que no parece tener intención de dimitir, que Carmena le cese.