Si
quieren hacer algo útil, pinchen en este enlace
y vayan al minuto 30. El resto se lo pueden ahorrar. Oigan las cosas
que dice Manuela Carmena y las que luego dice José Luis Martínez
Almeida. Sí, ese que aspira a estar a la altura de Manzano el de la
corrupción en Ifema, Gallardón, el de la deuda mil millonaria y
Botella, la de los de los fondos buitre...y traten en encontrar en
qué se diferencian unos y otra.
Y
si quieren, lean luego este cuento tontorrón:
Erase
una vez un país en el que gentes decentes sabían que en modo alguno
se puede dar carta de naturaleza a la extrema derecha e interpretaron
bien lo que habían dicho las urnas; hicieron gobiernos honestos y
jamás consintieron ni siquiera que algún día se les pudiera
reprochar que gobernaron una comunidad autónoma, una ciudad, un
pequeño y remoto pueblo por la concurrencia por activa, por pasiva o
por perifrástica de los herederos de nuestra historia negra.
Pero
también hubo quien se envolvió en una maloliente capa de
pragmatismo, manchó la palabra responsabilidad, comerció con las voluntades y las ilusiones e hizo mucho daño a la democracia olvidando pronto si es que alguna vez lo supieron, gobernantes y
voceros, que alimentando el descreimiento se incuba el huevo de la serpiente; así dándole calorcito
como si fuera uno de los nuestros, uno más.
En ambos casos los había de todos los partidos, de derecha y de izquierda. En realidad no eran muy distintos aunque dijeran que sí.
Y en aquel reino todos quedaron a la espera, con esperanza o con temor, de saber si quien habría de gobernarlos sería o no un príncipe valiente.
En ambos casos los había de todos los partidos, de derecha y de izquierda. En realidad no eran muy distintos aunque dijeran que sí.
Y en aquel reino todos quedaron a la espera, con esperanza o con temor, de saber si quien habría de gobernarlos sería o no un príncipe valiente.