sábado, 19 de diciembre de 2020

La jaula de grillos

 


Sin duda Antonia estuvo escuchando la tertulia de las mañanas de la SER dedicada en gran parte a comentar lo que se ha dado en llamar “17 Navidades distintas” una especie de bucle muy del gusto de ciertos periodistas y expertos en lo que haga falta. Consciente creo de que Barceló no es una ciudadana corriente y sí una comunicadora de campanillas que tiene a su disposición un instrumento muy potente, Antonia escribió el siguiente post: “A ver Ángels ¿hay que dártelo masticado? En Noche Buena yo voy a cenar con mi marido; ni hijos ni nietos. Ya está”

¿Se ha equivocado el Gobierno con sus recomendaciones? Sí, a mi juicio sí. Pienso en el sentido común de Antonia y creo que todo este rollo de si han de ser seis o diez, si podemos reunirnos con allegados (a propósito, ninguna confusión sobre qué son; para eso está el Diccionario) si el toque de queda debe ser más pronto o más tarde...es absurdo. Como es sabido el exceso de información es desinformación. Ya sabemos todos cómo se transmite el virus. Hubiera bastado con recomendar que no nos reunamos a cenar sino los convivientes y si, excepcionalmente, ha de incorporarse alguien más, observar medidas sencillas, las que todo el mundo conoce ya: mascarilla, distancia, ventilación y no compartir menaje. Plantear recomendaciones que sabemos se van a interpretar como normas cuyo cumplimiento es incontrolable solo sirve para confundir.

En eso se ha equivocado, sí. No en que ahora tengamos ante nosotros un manual con 17 catálogos de medidas. En Alemania, estado federal, no hay tal cosa, pero porque los gobernantes de los länder han entendido desde el primer instante que no se hace política con la pandemia y aquí tenemos una derecha silvestre y una cierta presunta izquierda bastante lerda que no lo ha entendido.

¿Se imaginan de nuevo el calvario de tener que volver a pasar por el Congreso y soportar la lentitud y la deslealtad de la oposición para aprobar un nuevo decreto de alarma que permitiera un mando único para tomar medidas similares a las de marzo. ¿Y para qué? ¿Para que luego algunos gobiernos regionales buscaran todo tipo de triquiñuelas a fin saltarse las normas? ¿Para que esa gentuza utilizaran como instrumento de erosión política, miserable y criminaloide, en la línea de seguir cuestionando la legitimidad del Gobierno de Coalición? Si hace porque hace y si no hace porque no hace ¡Pero si están diciendo ahora mismo que el Gobierno ha eludido sus responsabilidades, cuando actúa acorde a lo que exige un estado compuesto como el nuestro...como el alemán!

El Gobierno ha convocado cuantas veces ha sido necesario al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que es el órgano colegiado competente y en donde está representado el Gobierno de la Nación y los Consejeros de Salud de todas las Comunidades y Ciudades Autónomas. El Artículo 14 de su Reglamento dice: “Los acuerdos del Consejo en relación a las materias que expresamente se determinan en la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud se plasmarán a través de recomendaciones, que se aprobarán, en su caso, por consenso”

¿Y qué es “consenso”? El Diccionario de la Real Academia de la Lengua dice que es “Acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos” ¿Y qué es “unanimidad” Pues es “sin discrepancia” que en términos democráticos significa, como sabe hasta el más tonto, que todos votan lo mismo. De manera que “consenso” es algo conceptual y “unanimidad” algo más bien instrumental.

Imagino las reuniones del Consejo como una especie de tortura con el Gobierno de la Comunidad de Madrid oponiéndose siempre o respondiendo “ya si tal” a cualquier cosa que proponga el Gobierno central, como todos hemos podido ver. ¿Su presunta coartada? Que las decisiones no se toman por consenso -el mismo que ellos impiden sistemáticamente confundiéndolo a posta con unanimidad- sino por mayoría y eso, dice, va contra el Reglamento y, por tanto, es ilegal.

En ese Consejo y por la actitud del Gobierno Ayuso y solo por eso, el acuerdo es imposible, de modo que el Gobierno del Estado solo hace lo que puede: unas recomendaciones genéricas (equivocadas por prolijas en mi opinión, como he dicho) y certificar lo que la Constitución dice: que las competencias en materia sanitaria corresponden a las Comunidades Autónomas ¿Resultado? Pues 17 navidades distintas y a correr.