Si
se fijan en su flamante teléfono móvil (seguramente en la parte de
arriba de la pantalla) verán que pone 4G. La mayor parte de ustedes
no saben ni les importa qué significa. Bueno, permitan que les diga
-conviene a efectos de lo que después les voy a contar- que alude
a la cuarta generación de las tecnologías de telefonía móvil; en
resumen: desde 1G hasta hoy, 2G, 3G, 4G...velocidad creciente en el procesamiento
de los datos, manteniendo estándares de calidad y al menor coste
posible. Significa más cosas pero, para lo que nos importa, lo
dejaremos ahí.
¿Entonces
5G, que está al caer, es lo mismo pero más? Pues no, amigos. O sea,
sí, pero no. Tecnológicamente podría decirse que, en efecto, los
terminales con tecnología 5G serán más veloces (100 veces más que
el 4G) en la ejecución de las funciones manteniendo la calidad y el
precio. Pero lean lo que escribía un especialista, David Goldman de
CNNMoney, con ocasión del Congreso Mundial de Telefonía
Móvil, Barcelona 2018: “Los
autos que se conducen solos, la realidad virtual, las ciudades
inteligentes y los robots que trabajen en red: todos funcionarán con
tecnología 5G muy pronto. El 5G promete abrir la puerta a nuevos
procedimientos quirúrgicos, medios de transporte más seguros y
comunicación instantánea para los servicios de emergencia y
socorro…” Es
la base tecnológica para la llamada “Internet de las cosas” o
sea, que la nevera de usted detectará ella solita si se han acabado
los tomates y enviará una petición al ordenador del señor Fermín
el verdulero. Nunca más sin suavizante en la lavadora o sin
abrillantador en el lavavajillas hasta el próximo pedido; ellas, las
máquinas ya se ocuparán de resolverlo comunicándose con sus amigos
los servidores del Carrefour o el Mercadona.
Ya
se hacen una idea de
las
mejoras
potenciales en los servicios de todo tipo...y también de
las oportunidades de negocio que
se pueden desarrollar a partir de esta tecnología; que las ciencias
adelantan una barbaridad.
¿Saben
quiénes están más avanzados en la investigación y el desarrollo
de esta tecnología? Pues
Nokia, Ericsson y, sobre todo, Huawei. Ninguna es una empresa
estadounidense.
¿Se
acuerdan de que hace unos meses la Administración Trump vetó
a la firma china Huawei, esa que acabo de decir que es la punta de
lanza en el 5G? Se lo recordaré: Trump llamó a Google -ésta, como
sabe, sí es estadounidense- propietaria del sistema operativo
Android (sí, el que, salvo que usted sea gente pudiente y tenga un
Iphone, hace que funcione su Samsung, su Ericcson, su Nokia, su
Motorola, su Ericsson y, por supuesto, su Huawei) para decirle que a los chinos ni
agua. Alguien sensato debió decirle a Trump que se guardara su
paranoia porque era peor el remedio que la enfermedad y que si vas
retrasado en los desarrollos tecnológicos (léase 5G) es preferible
correr y tratar de recuperar el tiempo perdido a liarse a
mamporros...y menos con los chinos. Tampoco con Europa, por cierto, es recomendable.
Mucho
se cuece como pueden ver detrás
del número y la letrita.
Pero, al margen de esta batalla que en
primera instancia a
los usuarios no nos afecta directamente (lo de Huawei y Android nunca
fue un riesgo real porque los chinos, dijeron algo así como: pues si
no podemos usarlo nos inventamos uno; menudos son) hay otros asuntos
que sí nos conciernen más
de lo que creemos.
Uno
de ellos tiene que ver con la seguridad y con el llamado big data, el inconmensurable acopio de información de todo tipo que puede
afectar a la intimidad de las personas (asunto de que ya hablaremos, que eso da para mucho) y hasta a la seguridad. Nada
menos que el
CNI ha
informado sobre lo que considera riesgos para la seguridad nacional a
la Unión Europea. Y el Centro
Criptológico Nacional (CCN)
estudia las vulnerabilidades que traerán las redes 5G. El
CNI pone el acento en que España
tiene más fibra óptica que Italia, Alemania, Reino Unido, Francia y
Portugal juntas,
y, por eso mismo, estamos mejor preparados ante la llegada de 5G.
Pero,
al tiempo, quizás somos más vulnerables en las redes
de edificios públicos, infraestructuras, servicios, etc.
No será muy diferente a lo que ya hoy se considera vulnerable, pero
habrá nuevas
amenazas que tendrán que ser conocidas
antes de la implantación masiva de la tecnología 5G. En
la Feria Internacional de Defensa celebrada en mayo de este año,
Luis Jiménez, director del mencionado CCN decía que “...desde
luego, si una torre de 5G sufriera un ataque en la ciudad y los
vecinos de un barrio se quedasen sin internet, sería una molestia
grande, pero lo verdaderamente peligroso
sería que esa torre estuviera en un aeropuerto o en un edificio de
Defensa,
por ejemplo”
Pero
tal vez lo
primero o
lo más inmediato
sea
preguntarse si hay algún riesgo para la salud en el 5G. Pues no se,
la Organización Mundial de la salud dice que no, pero hay
un grupo de científicos y médicos que han escrito a la Unión
Europea pidiendo que se
detenga
el lanzamiento del
5G, básicamente
porque su implementación exige la instalación de cientos de nuevas
antenas en las actuales torres
de comunicaciones -igual tiene usted una cerca, mire a ver- y eso, sospechan, podría elevar
el riesgo de algunos tipos de cáncer por acumulación de
radiaciones.
No
estaría de más tomar precauciones, algo que a juicio de Ecologistas
en Acción, en España preocupa a nuestras autoridades lo justito.
Tan es así, que acaban de pedir al
Ministerio
de Economía y Empresa la revisión de oficio del Plan Nacional 5G y
de todos los actos que se han aprobado en desarrollo del mismo. Y
eso porque, dice la organización, el plan no tiene la preceptiva
evaluación ambiental estratégica ni la de impacto en
la salud. Y, además, no existe la Comisión Interministerial de
Radiofrecuencias y Salud, que debería velar por las condiciones de
despliegue de las redes inalámbricas. Españistán.
Algo de razón deben de tener los ecologistas cuando el Defensor del Pueblo, en resolución del 21 de agosto pasado, concluye que en efecto el Plan Nacional 5G no se sometió a evaluación ambiental estratégica y que dicha decisión se adoptó unilateralmente por el órgano promotor del plan, el Ministerio de Economía y Empresa, sin consultar con el órgano ambiental que el Ministerio para la Transición Ecológica, sobre la procedencia de efectuar dicha evaluación. Por tanto, dice el Alto Comisionado, “el plan incumple los requisitos exigidos por la Ley 21/2013 de evaluación ambiental estratégica e incluso podrían suscitarse dudas en relación con la falta de aprobación formal. Del mismo modo, tampoco se ha realizado la evaluación del impacto en salud que prevé el artículo 35 de la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública".
Cree Ecologistas en Acción (ha recurrido todos los actos administrativos relacionados con esta materia) que el despliegue de la tecnología 5G que se ha dejado irresponsablemente al libre albedrío de las empresas de telecomunicaciones, dando por sentada su inocuidad, algo que cada vez está más en cuestión. Pero esto no es posible con un gobierno progresista que abomina de las puertas giratorias y esas monsergas, ni siquiera estando en funciones ¿Verdad?
Algo de razón deben de tener los ecologistas cuando el Defensor del Pueblo, en resolución del 21 de agosto pasado, concluye que en efecto el Plan Nacional 5G no se sometió a evaluación ambiental estratégica y que dicha decisión se adoptó unilateralmente por el órgano promotor del plan, el Ministerio de Economía y Empresa, sin consultar con el órgano ambiental que el Ministerio para la Transición Ecológica, sobre la procedencia de efectuar dicha evaluación. Por tanto, dice el Alto Comisionado, “el plan incumple los requisitos exigidos por la Ley 21/2013 de evaluación ambiental estratégica e incluso podrían suscitarse dudas en relación con la falta de aprobación formal. Del mismo modo, tampoco se ha realizado la evaluación del impacto en salud que prevé el artículo 35 de la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública".
Cree Ecologistas en Acción (ha recurrido todos los actos administrativos relacionados con esta materia) que el despliegue de la tecnología 5G que se ha dejado irresponsablemente al libre albedrío de las empresas de telecomunicaciones, dando por sentada su inocuidad, algo que cada vez está más en cuestión. Pero esto no es posible con un gobierno progresista que abomina de las puertas giratorias y esas monsergas, ni siquiera estando en funciones ¿Verdad?
Recuerden,
está al caer. Y tiene un lado oscuro