sábado, 26 de noviembre de 2016

La máquina de pensar del PP

No sé quién es el maquinista. Podría aventurar nombres, pero no estoy seguro de que les hiciera un favor con eso.

Lo que es notorio es que la máquina de pensar del PP tiene un altavoz que maneja esa luminaria, ese ejemplo de comunicadores, ese monumento al sentido común y el respeto a lo ajeno que es Hernando; Rafael, a no confundir con el otro Hernando, menos gritón, más sonriente y, sobre todo, espejo de coherencia y lealtad.
El PP discurre que la situación judicial y política de Rita Barberá (DEP) resulta insostenible por cuanto traslada al PP referencias indeseables, así es que la aparta del Partido aunque nada dice sobre su condición de Senadora en el, más o menos, Grupo Mixto.

Correlato de lo anterior es que algunos dirigentes del PP consideren que Barberá debe ir más allá y desaparecer de la escena política y otros muchos procuran no acercarse demasiado no vaya a ser que salgan en la foto. No es nada personal dicen si se les pregunta.
A la señora Barberá le da un infarto de miocardio que es la más frecuente causa de muerte en nuestro país. Pero la máquina de pensar del PP colige que lo que en realidad le ha dado es un infarto de periodista o una letal angina de pecho de comunista.

Como ni los medios de comunicación ni los rojos (o así, en general) están dispuestos a cargar con el San Benito, replican que tal vez, solo tal vez, la mortal afección de la patata de Rita ha estado condicionada por sentirse un poco abandonada, algo desautorizada y quizás, solo quizás, negada por los suyos como si, esa mujer que lo fue todo, se hubiera convertido en una apestada.
Pero la máquina de pensar reacciona veloz y su altavoz nos revela lo que estaba meridianamente claro: que, en realidad, la apartaron del PP para protegerla.

Y dado que, a pesar de todo, la maldad en forma de hiena es implacable, los engranajes de la máquina echan humo para producir la reflexión final: que ha de revisarse el acuerdo sobre corrupción política suscrito con Ciudadanos y acaso es mejor no hacer nada porque igual se te muere alguien.
Lo que no explican es que todo este pensar tiene unas excrecencias, unos residuos que la máquina elimina en forma de la culpa la tiene el muerto. Como todo residuo se oculta, pues no se ve a la primera, pero no tardará en aparecer en este juzgado, en aquella audiencia…como las bolsas de plástico que tiramos al contenedor y acaban, quien sabe cómo, en el Pacífico Norte.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Populismos


Primero fue el populismo sin apellidos, ya saben una cosa bolivariana fundamentalmente, con una versión europea destacada que se encarnó en el Movimiento Cinco Estrellas de Bepe Grillo. En paralelo, campaba la extrema derecha europea o, algo más allá, los neonazis: Le Pen en Francia, Amanecer Dorado en Grecia, el FPÖ austriaco etc.

Syriza, por entonces, no era tanto populista como comunista sin más.
Y en eso llegó Podemos, al decir de sus temerosos oponentes y el cerrilismo cateto, una versión española del chavismo y otros ismos chéveres.

Y ahora tenemos a Trump.
Como la ciencia política avanza que es una barbaridad, ya podemos hablar con propiedad de populismo de derechas y populismo de izquierdas. Gran hallazgo donde los haya, pues nos permite simplificar el mundo y meter en el mismo saco a la AFD alemana, al Farage del Brexit, ya digo, a los cabestros de Amanecer Dorado y ahora a Trump.

Y del otro lado tendríamos a Podemos, a Syriza (ahora que hemos inventado el concepto populismo de izquierdas, ya sí) y muchos versos sueltos: Melenchon en Francia, Corbyn en UK, Sanders en USA, que la izquierda siempre fue más libérrima, más de especialidades, detalles y matices.
Y, como en todo caso, son una panda y comparten vicios, pues hace unos días ese ejemplo de coherencia que es Rivera (paladín del cuñadismo, otra brillante aportación reciente) ya nos ha avisado de que todos son lo mismo en realidad, aseveración que rápidamente ha ratificado esa Hipatia rediviva que, para nuestra fortuna, imparte doctrina allende Despeñaperros: en realidad todos chupan del mismo pitorro del mismo botijo, ha sentenciado.

Dicen que el populismo consiste en contarle a la gente lo que quiere escuchar sea o no factible. Lo que no explican estas luminarias es por qué esa misma gente prestamos oídos a esas cosas y, en cambio, cuando parlotean los timoneles de la virtud política miramos al cielo de aburrimiento y, a veces, de indignación. Y tontos de baba no somos, oyes.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Habemus gobierno o eso

Ya nos hemos empapado de sesudos análisis sobre a quién premia Rajoy nombrándole ministro/a, que clase de imprescindibles equilibrios para la gobernabilidad del Estado establece entre una ministra que conserva la poltrona y otra que ya luce chapiri, o qué mensajes manda a la UE y a otros ámbitos con éste o aquél nombramiento o renovación de cargo.

Estamos al día de que un ministro al que el Supremo le ha tumbado el Plan General de Ordenación Urbana porque favorece la especulación, será el titular de la cartera de Fomento (como lo de poner la zorra a cuidar de las gallinas, ya saben) o de que la ministra de Sanidad, cuyo mérito sin duda notable es ser catalana, debe al Fisco unos dos millones de euros.

Hemos encajado sin pestañear que un tal Zoido, con aspecto de sargento bonachón de la Benemérita, algo llorón y un poquitín homófobo, es el nuevo jefe de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, o que la ministra que ha vaciado la hucha de las pensiones tendrá que buscarse alguna otra ocupación igual de edificante para la próxima legislatura.

No nos provoca reacción alguna que no haya cambios en Justicia o en Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. ¿Hay alguien ahí?

Así es que a mi me llama la atención especialmente un par de cosillas de nada. Que raro es eso de Energía, Turismo y Agenda Digital ¿no?; no se, es como si al ministro de Energía o al de Turismo, caso de tener solo una cartera le hubieran dicho “y, además, dos huevos duros, que tu  vales mucho, prenda” Lo de la Agenda Digital, como no se qué es, pues nada que decir.

La otra cosa es lo de Educación, Cultura y Deporte. Lo de la Portavocía pues a alguien le tenía que tocar y le ha caído al de letras que es a quien le suelen tocar los marrones. Que no haya un ministerio de Cultura separado siempre me ha parecido que es toda una declaración de intenciones inversa o un silencio clamoroso. La escritora Luisa Etxenique declaraba hace unos días en una entrevista concedida a diario.es "La cultura no es una actividad del tiempo libre; es lo que nos hace libres todo el tiempo" Pues esto va de lo contrario.
¿Y la ciencia? ¿Y la investigación? ¡Paparruchas! Y ya si tal.
En fin, ¡Viva la Legión! Es lo más que se me ocurre. ¡Que lastimica por Dios! como decía mi abuela.