viernes, 31 de mayo de 2019

Nostalgia (o algo) de Manuel Valls


El próximo sábado se celebrará una manifestación frente al Palacio de Correos de Madrid, sede del Ayuntamiento, para pedir que Manuela Carmena siga siendo alcaldesa. Yo no vivo en la capital, pero allí estaré; la razón es que el asunto trasciende a mi entender de largo el ámbito de lo municipal: es un ejemplo, para bien o para mal, de como deben resolverse las cosas en una democracia madura, en una democracia en donde hay gente honrada.

La lista de Más Madrid ha sido la más votada. No voy a entrar en si el PP reivindica el gobierno para quien obtiene más sufragios solo cuando le conviene; enfangarse en la miseria moral ajena no merece la pena ni siquiera en la dialéctica. Diré sí que, como sabemos, en una democracia parlamentaria gobierna quien más apoyos consigue; nada que objetar salvo un detalle no menor que el legislador tuvo en cuenta en su momento: la singularidad de la representación en el ejercicio del poder local es que si no hay tales sumas de los apoyos necesarios, gobierne sin más preámbulos ni matices la lista que más sufragios obtuvo.

¿Cuales son las opciones? La más probable es que se concierten PP, Ciudadanos y Vox y Martínez Alméida (candidato del PP) sea alcalde. Les animo a que revisen las intervenciones publicas de este sujeto y las comparen con las de Manuela Carmena, puede que incluso si es usted es votante del PP se le caiga la cara de vergüenza ante, como le gusta decir a un amigo mío nada de izquierdas, tamaño indigente intelectual. Y disculpen la disgresión a mi juicio necesaria. Es que eso es lo que se nos puede venir encima...y cuando la estulticia empieza a ocupar espacio tiende a expandirse como el pútrido e inflamable metano (que ya lo hemos visto) por eso digo que no es cosa solo municipal aunque lo sea formalmente.

Decía que esa es una de las opciones. Sin matices: no sirve lo que al parecer le gustaría a Ciudadanos, que Vox aportara sus votos y acto seguido desapareciera de la faz de la tierra como por arte de magia. No riveritas, esta vez hay que mojarse hasta los sobacos, porque es lo que tiene la derecha filonazi, que enseguida se viene arriba se pone levantisca y chula y dice que nada de andalucías, que esta vez o pillan cacho o no hay tu tía. De modo que Ciudadanos debe decidir si el precio de sacar del Ayuntamiento a Carmena es dar poder y tronío a la extrema derecha. O renunciar a hacerlo y dejarlo para mejor y más decente oportunidad. 

Y en eso llegó Errejón. Y propuso hablar del Ayuntamiento y de la Comunidad con PSOE y Ciudadanos a fin de impedir que Vox decida cosa alguna sobre nuestras vidas. Y a mi me ha dado una envidia enorme de que Manuel Valls no viva en Madrid. Quien lo hubiera dicho ¿eh?