Podemos debatir sobre si la mujer que murió mientras
esperaba en las Urgencias del Hospital de Vigo fue debidamente atendida o no.
Podemos discutir, si ustedes quieren, sobre el sexo de los ángeles, sobre si
son galgos o son podencos o sobre si la abuela fuma.
Podemos perder el tiempo en creer que esos debates tienen
algún sentido, pero hoy basta preguntar a la gente (sí, también a esa que,
según Rajoy, no se manifiesta) que hace uso de los servicios sanitarios
públicos; es suficiente con darse una vuelta por los servicios de Urgencia de
cualquier hospital de la red, observar las salas de espera, hablar con el
personal sanitario, para concluir que esa gentuza a la que elegimos para que conservara
un sistema modélico en Europa, lo que está haciendo es cargárselo a pasos
agigantados. Y llegaremos a la conclusión también de que su proclamada
intención de sostener una Sanidad pública, universal y de calidad, es una
mentira criminal.
Lo único que es verdad para esa tropa insana, ponzoñosa,
es que la Sanidad no es un derecho, sino un servicio y, como tal deberá
someterse a las reglas (¿reglas?) del mercado “como cualquier otro sector
económico (disculpen que me cite a mí mismo: http://cartasdevuelta.blogspot.com.es/2013/02/sanidad-stafford-somos-todos-o-el-que.html)
Pero, es que ¿saben qué pasa más allá de si la comida es
bazofia, hay mantas suficientes o las batas tienen rotos? Que muere gente. Y
que puede morir más: por falta de atención inmediata y por abandono.
Ya me gustaría citar fuentes de autoridad sobre la
supuesta bondad de este proceso que permitieran un debate leal. Pero ni eso.
Nuestras autoridades (¿autoridades?) no ofrecen esos datos por más que se
insista en pedirlos desde diferentes instancias. El dogma es que la
privatización (“externalización” dicen cada vez que insultan nuestra
inteligencia) resulta más barata y eficiente. Pero nunca lo demuestran.
Así es que, podemos leer a los médicos por ejemplo, esa
gente que actúa movida por oscuros intereses corporativistas según los padres
de la infame criatura y toda esa caterva de corifeos mediáticos, críticos de
salón y seguro privado, o mentecatos en general:
“Avanzamos entre mentiras hacia un modelo norteamericano
carísimo y excluyente que deja a 44 millones de ciudadanos sin atención
sanitaria alguna, mientras el presidente Obama pretende convencer a su país que
dé pasos hacia una Sanidad Pública como la que aquí nos quieren desintegrar…Los
profesionales de la medicina somos conscientes que nuestra profesión se asienta
sobre un sistema sanitario abierto a todos los pacientes haciendo irrelevante
su nivel económico y primando solo los aspectos objetivos que su salud nos
demanda…Con este nuevo sistema especulativo de gestión, nuestra salud se verá
mal atendida, aumentarán las demoras, no tendremos acceso a los nuevos
tratamientos médicos innovadores y los niveles de calidad sanitaria como es
evidente, caerán…Se perderá calidad de vida, se perderán años de vida útil, se
multiplicará el sufrimiento, aumentará la ansiedad y ténganlo por seguro, se perderán vidas innecesariamente”
Firman el texto del que transcribo el extracto anterior,
los médicos del Hospital de Vigo; recuerden: allí es donde ha muerto esa mujer
que esperaba ser atendida.
Y hay más:
UGT ha publicado un estudio que se basa en datos del
Ministerio de Sanidad, la Generalitat valenciana y el Instituto Nacional de
Estadística para establecer tasas de prevalencia de las enfermedades cruzadas
con las de mortalidad de las distintas patologías en los años 2007 y 2008, las
dotaciones sanitarias y los presupuestos del servicio: http://issuu.com/ugt-confederal/docs/completo-informe_fsp-ugt-valencia_salud?mode=window
Según esta comparación,
2.237 muertes fueron achacables a la ineficiencia del sistema. Este
volumen sitúa a la Comunidad Valenciana, adelantada en los procesos
privatizadores y espejo en el que se mira el consejero madrileño Lasquetty, en
el vagón de cola del país, un 14% por debajo de la media nacional y sólo
superada por Galicia y Andalucía en cuanto a las isquemia cardiacas, ictus
cerebrales, enfermedades hepáticas, enfermedad pulmonar obstructiva y neumonía.
Según este estudio, la Comunidad Valenciana tiene cinco
de sus 24 Departamentos de Salud con gestión totalmente privatizada (la
atención primaria y hospitalaria): La Ribera con 240.000 habitantes, el de
Manises con 150.000, el de Denia con 158.000, el de Vinalopó con 140.000 y el
de Torrevieja con 155.000. Se han cedido a empresas todos los servicios
hospitalarios no sanitarios más algunos servicios de diagnóstico, análisis
clínicos y tratamientos terapéuticos.
Cuando se presentó este estudio a mediados de febrero
último, en
la rueda de prensa al efecto el representante de la UGT retó a la Generalitat a
que demostrara la falsedad de los datos ofrecidos. ¿Saben que hizo del Gobierno
valenciano? Amenazar con una denuncia por alarmar a la población. Y hasta hoy:
ni denuncia ni desmentido.
Ustedes mismos.