jueves, 7 de marzo de 2013

Comerciar con la salud y la vida


Podemos debatir sobre si la mujer que murió mientras esperaba en las Urgencias del Hospital de Vigo fue debidamente atendida o no. Podemos discutir, si ustedes quieren, sobre el sexo de los ángeles, sobre si son galgos o son podencos o sobre si la abuela fuma.

Podemos perder el tiempo en creer que esos debates tienen algún sentido, pero hoy basta preguntar a la gente (sí, también a esa que, según Rajoy, no se manifiesta) que hace uso de los servicios sanitarios públicos; es suficiente con darse una vuelta por los servicios de Urgencia de cualquier hospital de la red, observar las salas de espera, hablar con el personal sanitario, para concluir que esa gentuza a la que elegimos para que conservara un sistema modélico en Europa, lo que está haciendo es cargárselo a pasos agigantados. Y llegaremos a la conclusión también de que su proclamada intención de sostener una Sanidad pública, universal y de calidad, es una mentira criminal.

Lo único que es verdad para esa tropa insana, ponzoñosa, es que la Sanidad no es un derecho, sino un servicio y, como tal deberá someterse a las reglas (¿reglas?) del mercado “como cualquier otro sector económico (disculpen que me cite a mí mismo: http://cartasdevuelta.blogspot.com.es/2013/02/sanidad-stafford-somos-todos-o-el-que.html)

Pero, es que ¿saben qué pasa más allá de si la comida es bazofia, hay mantas suficientes o las batas tienen rotos? Que muere gente. Y que puede morir más: por falta de atención inmediata y por abandono.

Ya me gustaría citar fuentes de autoridad sobre la supuesta bondad de este proceso que permitieran un debate leal. Pero ni eso. Nuestras autoridades (¿autoridades?) no ofrecen esos datos por más que se insista en pedirlos desde diferentes instancias. El dogma es que la privatización (“externalización” dicen cada vez que insultan nuestra inteligencia) resulta más barata y eficiente. Pero nunca lo demuestran.

Así es que, podemos leer a los médicos por ejemplo, esa gente que actúa movida por oscuros intereses corporativistas según los padres de la infame criatura y toda esa caterva de corifeos mediáticos, críticos de salón y seguro privado, o mentecatos en general:

“Avanzamos entre mentiras hacia un modelo norteamericano carísimo y excluyente que deja a 44 millones de ciudadanos sin atención sanitaria alguna, mientras el presidente Obama pretende convencer a su país que dé pasos hacia una Sanidad Pública como la que aquí nos quieren desintegrar…Los profesionales de la medicina somos conscientes que nuestra profesión se asienta sobre un sistema sanitario abierto a todos los pacientes haciendo irrelevante su nivel económico y primando solo los aspectos objetivos que su salud nos demanda…Con este nuevo sistema especulativo de gestión, nuestra salud se verá mal atendida, aumentarán las demoras, no tendremos acceso a los nuevos tratamientos médicos innovadores y los niveles de calidad sanitaria como es evidente, caerán…Se perderá calidad de vida, se perderán años de vida útil, se multiplicará el sufrimiento, aumentará la ansiedad y ténganlo por seguro, se perderán vidas innecesariamente

Firman el texto del que transcribo el extracto anterior, los médicos del Hospital de Vigo; recuerden: allí es donde ha muerto esa mujer que esperaba ser atendida.

Y hay más:

UGT ha publicado un estudio que se basa en datos del Ministerio de Sanidad, la Generalitat valenciana y el Instituto Nacional de Estadística para establecer tasas de prevalencia de las enfermedades cruzadas con las de mortalidad de las distintas patologías en los años 2007 y 2008, las dotaciones sanitarias y los presupuestos del servicio: http://issuu.com/ugt-confederal/docs/completo-informe_fsp-ugt-valencia_salud?mode=window

Según esta comparación,  2.237 muertes fueron achacables a la ineficiencia del sistema. Este volumen sitúa a la Comunidad Valenciana, adelantada en los procesos privatizadores y espejo en el que se mira el consejero madrileño Lasquetty, en el vagón de cola del país, un 14% por debajo de la media nacional y sólo superada por Galicia y Andalucía en cuanto a las isquemia cardiacas, ictus cerebrales, enfermedades hepáticas, enfermedad pulmonar obstructiva y neumonía.

Según este estudio, la Comunidad Valenciana tiene cinco de sus 24 Departamentos de Salud con gestión totalmente privatizada (la atención primaria y hospitalaria): La Ribera con 240.000 habitantes, el de Manises con 150.000, el de Denia con 158.000, el de Vinalopó con 140.000 y el de Torrevieja con 155.000. Se han cedido a empresas todos los servicios hospitalarios no sanitarios más algunos servicios de diagnóstico, análisis clínicos y tratamientos terapéuticos.

Cuando se presentó este estudio a mediados de febrero último, en la rueda de prensa al efecto el representante de la UGT retó a la Generalitat a que demostrara la falsedad de los datos ofrecidos. ¿Saben que hizo del Gobierno valenciano? Amenazar con una denuncia por alarmar a la población. Y hasta hoy: ni denuncia ni desmentido.

Ustedes mismos.