Que
conveniente es eso de "ahora centrémonos en combatir la
pandemia que ya habrá tiempo de exigir responsabilidades" ¿eh?
Pues
no, yo no se cómo acabará esto y no se cual es el balance -aún no
puedo saberlo, ni yo ni nadie- de errores y aciertos de quienes,
llevando dos meses en el gobierno, tienen que enfrentarse ahora a
graves decisiones y a toda velocidad. Cuando la pesadilla pase
juzgaremos eso, por supuesto que lo haremos.
Pero
lo que si podemos juzgar ya, ahora mismo, es lo que hicieron durante
diez años quienes intentaron devaluar la sanidad publica, recortaron
en recursos y en personal e intentaron mal venderla a sus amigos de
la sanidad privada, esa que como el grupo HM ahora escurre el bulto y
pide a sus trabajadores que se vayan de vacaciones para ahorrar. ¿Se
acuerdan de las mareas, verdad?
Eso
sí lo sabemos, con datos y con nombres, y naturalmente que es el
momento de recordarlo, porque lo que ahora pasa es en gran medida el
resultado de aquel intento de expolio. Debemos tenerlo presente y
ponerlo de manifiesto cada vez que abran la bocaza, esos miserables
mercaderes del olvido; es un deber ciudadano, cuestión de respeto a
nosotros mismos.
Claro
que lo sabemos. Sabemos que es esa misma gente que ahora exige los
recursos que ellos negaron, los mismos que ahora se esconden como
ratas y no tienen agallas para seguir defendiendo que lo bueno, lo
eficaz, lo más, es la sanidad privada porque la otra, la de todos,
es cara e ineficiente como decían entonces. Esos también aplauden cada noche.
Háganse
un favor. No voten nunca más a quien de verdad han puesto en juego
su salud, la de sus hijos y, sobre todo, no lo olviden jamás, la de
sus padres y sus abuelos, los que les han sacado tantas veces las
castañas de fuego. Por pura dignidad.