Eso es lo que hizo el PP en 2012 (solo mantuvo el IVA super reducido -4 por ciento- para revistas y libros) y eso es lo que mantendrá si gobierna a partir del 26J, salvo que deba pagar algún peaje: Ciudadanos está por un impuesto del 10 por ciento lo mismo que el PSOE, aunque en el programa de esta última formación hay algunos matices, por ejemplo, impulsar “…que se reconozca la necesidad de un IVA cultural en el seno de la toda la UE que permita su armonización, con el reconocimiento de una fiscalidad especial con tramos menores del 10 por ciento…” y, mientras eso pasa, “… solicitaremos una autorización de la Unión Europea a España para aplicar el tipo súper reducido al 4% para la cultura” Un buen propósito sin duda; un brindis al sol, dirían otros. Solo Unidos Podemos prefiere no mojarse en esta materia y hablar de “…armonizar la norma española con la comunitaria…” acercarse a Italia unificando a efectos fiscales el tratamiento de productos y servicios y, en todo caso, ir hacia el estándar europeo, es decir, el tipo medio del 7 por ciento para la cultura en general.
Visto el desastroso efecto que el tratamiento
fiscal que el Gobierno del PP ha dado a la cultura en la pasada legislatura, parece
obvia la importancia -es de sentido común, por otra parte- que este asunto
tiene por cuanto es un indicativo de cómo abordan la cuestión y cómo piensan
gestionarlo las distintas fuerzas políticas que nos convocan a las urnas en próximo
domingo. Por eso lo comento en primer lugar. Pero, como es natural, hay mucho
más en los distintos programas electorales. Mucho más, quiere decir que, nada más
encarar los documentos que soportan los programas, nos damos cuenta de qué va
cada cual.
El PP ofrece una introducción a base de lugares
comunes que ya conocemos de ofertas anteriores; esto es una cosa habitual, al
fin y al cabo la derecha nunca se ha distinguido por ir más allá de los tópicos
en la fundamentación de sus estrategias culturales y en sus políticas y medidas
concretas. Para muestra, un botón: en el desarrollo de su programa se asegura
que “Promoveremos la declaración de 2016 como Año Internacional del Español,
convirtiendo al Español en un eje fundamental de la Marca España. Nivelazo.
Este mismo aire utilitarista y aún
mercantilista, tiene el más moderno estilo
Ciudadanos. Pero es un partido más
práctico que no se anda con zarandajas, así es que a qué perder el tiempo con
eufemismos: incluye el asunto cultural en el apartado de su programa que titula
“Invertir en el presente para ganar el futuro” que ya nos orienta bastante por
dónde van los tiros. Y, por si no nos habíamos enterado, he aquí una muestra,
el punto 189 de su Programa: “Recuperaremos
el Ministerio de Cultura para promover la pluralidad cultural y lingüística de
España. El Ministerio de Cultura será independiente del
Ministerio de Educación…” (hasta aquí íbamos bien) “… pero con una activa
colaboración para que la escuela tenga un papel esencial en la formación de
públicos (curioso: “públicos” es un concepto muy del gusto de marketing) y el
desarrollo del respeto a la propiedad intelectual y las industrias culturales”
Eso de la transversalidad de la cultura, algo ajeno a las modas y al utilitarismo
les resulta sin duda un concepto extraño…o tal vez, una pérdida de tiempo y de recursos.
Pero, a fuer
de ser justos, la recomendación habitual: hagan lo que siempre se debe de hacer
y nunca se hace: lean los programas. Ahora que nadie nos oye: el del PP se lo
pueden ahorrar.
Vamos a lo
interesante.
El Programa del PSOE en materia cultural empieza así: “La cultura es la
expresión de nuestra humanidad y, como tal, es un bien de primera necesidad y
un derecho a ejercer. Es aquello que nos define, configura nuestro imaginario
colectivo y se convierte en factor de cohesión social” y se queja: “…Sin
embargo, ha sido una de las mayores víctimas de la acción del Gobierno del PP”
Bueno, es natural que así sea; es que al PP eso que dice el Programa del PSOE le
parece una monserga. Personalmente, firmaría ya la introducción que he citado, pero
claro, aquí la de arena: “Esta política ha situado a nuestro sector cultural en
inferioridad de condiciones para competir con los países de nuestro entorno” Nótese
que aparece la idea de competitividad; ciertamente, de un modo que no se
entiende bien, que en el contexto no se sabe bien a qué viene. O sí, porque el
preámbulo del programa insiste: “Nos hemos alejado del resto de Europa donde
las industrias de la cultura y la creatividad son entendidas como un sector de
oportunidad y ocupan el centro de las estrategias de Estado. España puede y
debe incorporarse a esta senda, dado que tiene condiciones naturales muy
ventajosas para competir en el mercado global”En este terreno inicial de los propósitos, el enfoque de Podemos es radicalmente distinto. En su Programa critica el uso de expresiones (que devienen en conceptos) como “economía de la cultura” o “industria cultural” porque -dicen- eso es entender la cultura como moneda de cambio al servicio de intereses mercantilísticos y que, por tanto, deben ser rentables. El preámbulo del programa advierte: “La expropiación de los espacios públicos en virtud de prácticas privatizadoras durante las últimas décadas ha conducido a un modelo mercantilista, donde el valor cultural cada vez más se asocia con el negocio de las elites y en donde no pocas veces la foto del artista es simplemente instrumentalizada por el partido de turno para conseguir votos o prestigio. Es preciso abandonar la cultura como fetiche u oropel de lujo para entenderla como urgencia popular”
Tanto para PSOE como para Podemos, la cultura es un derecho y es un recurso económico de primer orden (en su Programa el PSOE recuerda que representa el 3 por ciento del PIB; ha bajado medio punto desde 2013) Podemos precisa que es también “un bien común” y añade: “En la mayoría de los países de nuestro entorno y de otros ámbitos geográficos relevantes, la cultura no es un adorno que se añade a los logros sociales y económicos, sino que constituye un eje fundamental donde se dirime el modelo de país al que se aspira. Por el contrario, en nuestro país, las enormes capacidades de nuestros creadores, así como de nuestras redes de producción y difusión cultural, chocan permanentemente con el obstáculo de que o no pueden desarrollarse ni acceder a los circuitos relevantes o tienen que hacerlo a pesar de la gestión política”
Lean los Programas, insisto: con todo, tanto Podemos como PSOE proponen una batería de medidas y cambios legislativos perfectamente intercambiables y en muchos ámbitos complementarios; si pudieran reunirse los responsables de estas propuestas, a mi juicio no tardarían mucho en encontrar un territorio común. Y en esas ando cuando vuelvo a escuchar la enésima declaración de los voceros del PSOE o de Podemos y me digo que no pueden pertenecer a la misma organización que quienes han elaborado estas propuestas.