jueves, 28 de junio de 2012

"Queridos griegos" "querido Walter"

Hace unos meses, apareció en el semanario alemán Stern, un intercambio de cartas: "Queridos griegos" estaba escrita por un ciudadano alemán de nombre Walter Wuellenweber.  Le respondió algunos días después, y también en formato de carta abierta, un ciudadano griego de hombre Georgios Psomás; la encabeza con “Querido Walter”.
Este blog es un especio en el que de ordinario expreso opiniones personales, seguramente con más voluntad que acierto. Esta vez se trata de una excepción porque creo que este intercambio epistolar debe de ser compartido. Lo que sigue es la trascripción literal de las dos cartas, tal vez con algún leve defecto derivado de la traducción del alemán.
“Queridos griegos:                                                   
Desde 1981 pertenecemos a la misma familia.
Nosotros, los alemanes, hemos aportado como ningún otro al Fondo común, cerca de 200 mil millones de euros, mientras que Grecia ha recibido cerca de 100 mil millones de esa suma, o sea la mayor suma per cápita que ningún otro pueblo de la UE. Nunca ningún pueblo ayudó hasta ahora voluntariamente hasta este grado a otro y por tanto tiempo.
Son ustedes sinceramente, los amigos más caros que tenemos. El caso es que no solo ustedes se engañan a sí mismos, sino que también a nosotros. En esencia, ustedes nunca demostraron ser merecedores de nuestro Euro. Desde su incorporación como moneda de Grecia, nunca lograron hasta ahora cumplir con los criterios de estabilidad. Dentro de U.E. son el pueblo que gasta las mayores sumas en bienes de consumo. Ustedes descubrieron la Democracia, entonces deben conocer que se gobierna a través de la voluntad del pueblo, quien finalmente tiene la responsabilidad. No digan entonces, que solo los políticos son responsables del desastre.
Nadie los obligó a evadir durante años impuestos, oponerse a cada política coherente para reducir el gasto público y nadie los obligó a elegir los gobernantes que han tenido y tienen. Los griegos son quienes nos han mostrado el camino de la Democracia, de la Filosofía y de los primeros conocimientos de Economía Nacional. Pero ahora nos muestran un camino equivocado. Y donde ustedes ya han llegado, no va más allá!!
Walter Wuellenweber”
“Querido Walter:
Me llamo Georgios Psomás. Soy funcionario público y no empleado público como despectivamente, como insulto, se refieren a nosotros mis compatriotas y tus compatriotas. Mi sueldo es de 1.000 euros por mes ¿eh? no vayas a pensar que son por día, como te quieren hacer creer en tu país. Fíjate que gano una cifra que ni siquiera es inferior en 1.000 euros a la tuya que es por varios miles.
Desde 1981, tienes razón pertenecemos a la misma familia. Solo que nosotros les hemos concedido en exclusividad a Uds. un montón de privilegios, como ser los principales proveedores del pueblo griego de tecnología, armas, infraestructura ( dos autopistas y dos grandes aeropuertos internacionales), telecomunicaciones, productos de consumo, autos, etc. Si me olvido de algo perdóname. Te señalo que dentro de la UE somos los mayores importadores de productos de consumo que elaboran las fábricas alemanas.
La verdad es que no hacemos responsables solo a nuestros políticos por el desastre de Grecia. También contribuyeron mucho algunas grandes empresas alemanas, las que pagaron enormes cifras a nuestros políticos para asegurarse los contratos, para vendernos de todo, hasta unos cuantos submarinos fuera de servicio, que puestos en el mar quedan tumbados de costado.
Yo sé que aún no das crédito a lo que escribo. Ten paciencia, espera, lee toda la carta y si no llego a convencerte, te autorizo a que me eches de la Eurozona, ese lugar de la VERDAD, de la PROSPERIDAD, de la JUSTICIA y de lo CORRECTO.
Walter, estimado Walter, pasó más de medio siglo desde que la Segunda Guerra Mundial terminó, ES DECIR MÁS DE 50 AÑOS, desde la época en que Alemania debería haber saldado sus obligaciones con Grecia. Estas deudas, QUE SOLO ALEMANIA hasta ahora se resiste a saldar con Grecia, (ya que Bulgaria y Rumania han cumplido en pagar las indemnizaciones estipuladas), consisten en:
1. Una deuda de 80.000.000 de marcos alemanes por indemnizaciones, que quedó impaga desde la Primera Guerra Mundial.
2. Deudas por diferencias de clearing, en el período entreguerras, que asciende hoy en 593.873.000 dólares USA.
3. Los préstamos obligados que contrajo el III Reich a nombre de Grecia durante la ocupación alemana, que ascendieron en 3,5 mil millones de dólares durante todo el período de ocupación.
4. Las reparaciones que debe Alemania a Grecia, por las confiscaciones, persecuciones, ejecuciones y destrucciones de pueblos enteros, rutas, puentes, líneas ferroviarias, puertos, que produjo el III Reich, y que según lo dictaminado por los tribunales aliados,  asciende a 7,1 mil millones de dólares, de los cuales Grecia no vio un billete aún.
5. Las inmensurables reparaciones de Alemania por la muerte de 1.125.960 griegos (38.960 ejecutados, 12.000 muertos como daño colateral, 70.000 muertos en combate, 105.000 muertos en los campos de concentración en Alemania, 600.000 muertos de hambre, etc. etc.)
6. La tremenda e inmensurable ofensa moral ocasionada al pueblo griego y a los ideales humanísticos de la cultura griega.
Sé que no te debe gustar para nada lo que te escribo. Lo lamento. Pero más me molesta lo que Alemania quiere hacer conmigo y con mis compatriotas. Amigazo Walter, en Grecia operan 130 empresas alemanas, dentro de las cuales se incluyen todos los colosos de la industria de tu país, las que tienen ganancias anuales de 6,5 mil millones de euros.
Muy pronto, si la cosa sigue así, lamentablemente no podré comprar más productos alemanes, porque cada vez tengo menos dinero. Yo y mis compatriotas crecimos siempre con privaciones, por lo cual lo podremos aguantar, no te hagas problema. Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel, sin Skoda.
Dejaremos de comprar productos de Lidl, de Praktiker, de IKEA. Pero ustedes, Walter, ¿cómo se las van a arreglar con los desempleados que dejará esta situación, tal vez hasta tengan bajar su estándar de vida, sus autos lujosos, sus vacaciones al exterior, sus excursiones sexuales a Tailandia?
Ustedes (alemanes, suecos, holandeses, y restantes compatriotas de Europa) pretenden que nos vayamos de Europa, de la Eurozona y no sé también de donde más.
Creo firmemente que debemos hacerlo, para salvarnos de una Unión que es una banda de especuladores financieros, un equipo en el cual solo jugamos si consumimos los productos que ustedes ofrecen: préstamos, bienes industriales, bienes de consumo, obras faraónicas, etc.
Y finalmente Walter, debemos arreglar otro tema importante, ya que tu también, eres deudor de Grecia: EXIGIMOS QUE NOS DEVUELVAN LA CIVILIZACIÓN QUE NOS ROBARON!!! Queremos de vuelta a Grecia las inmortales obras de nuestros antepasados, que guardan en los museos de Berlín, de Munich, de París, de Roma y de Londres."Y EXIJO QUE SEA AHORA!! ya que si me muero de hambre, me quiero morir al lado de las obras de mis antepasados
Cordialmente.
Georgios Psomás”

miércoles, 27 de junio de 2012

El Dia del Camping

El próximo día 30 se celebra el Día del Camping, un festejo que tiene mucho de instrumento de promoción de algo que, como bien saben sus practicantes, es más que una actividad vacacional barata y campestre.
Quizás los más estupendos lleguen a asegurar que se trata de un estilo de vida. Bueno, tampoco hay que sacar las cosas de quicio. A mi parecer sería un exceso empeñarse en  ver esto del camping como la última expresión de nuestros ancestros nómadas  y a quienes lo practican como especímenes de una tribu singular que viste chándal o traje de baño según la hora del día.
Todo  eso sería, como digo, excesivo. Pero algo hay. Y, como en  tantas otras manifestaciones, también en la práctica del camping podemos reconocer nuestra evolución como sociedad. No  me refiero claro (que también) a la envidia que sentíamos cuando, allá por los primeros setenta, veíamos la diferencia  entre el material que exhibían nuestros vecinos de parcela –rubios y altos, por supuesto- y nuestra tienda de lona color mostaza, pesada y áspera como nuestro presente, nuestras mochilas de múltiples bolsillos de hebilla y correa y, si me apuran, nuestra lámpara de carburo. Eso, al fin y al cabo, era solo (no solo) una cuestión de ser más o menos rico o pobre algo que, al paso que vamos, tal vez volvamos a ver.
Me refiero más bien a que esas gentes venidas del norte guardaban silencio disciplinadamente, echaban los envoltorios a la papelera con toda naturalidad, limpiaban el lavabo de pelos cuando terminaban su aseo y avisaban en recepción para que se repusiera el papel higiénico si eran los últimos en usarlo. Y no parecían menos felices por ello.
Antes de que los españoles comenzáramos a viajar fuera (puede parecer que hace mucho,  pero no es así; también en esto la sociedad española sufrió una gran aceleración) muchos aprendimos a relacionarnos con quienes hablaban lenguas que no comprendíamos y tenían costumbres que no eran las nuestras, haciendo camping. Hoy no se distingue –salvando deshonrosas excepciones, como es natural- por su comportamiento en estos espacios compartidos un español  de un sueco; ya puestos, ni siquiera por sus rasgos, pues un natural de esta tierra nuestra puede tener los ojos achinados desde hace ya dos generaciones,  y el nórdico  podría pasar por senegalés a la vista del color de su piel.
Puede parecerles una impostura, pero eso también es el estado del bienestar, eso por  lo que algunos se empeñan ahora  en que nos sintamos culpables y pidamos perdón.
Así es que, bien venido el Día del Camping si, de un modo u otro, sirve para que el próximo sábado echemos un rato divertido. No sobran últimamente…y menos si de aquí a entonces hay por medio un viernes -que lo hay, me temo- de los de Mariano Rajoy.


miércoles, 20 de junio de 2012

Rio + 20

Mi abuela, que era persona culta, hacía a veces preguntas retóricas. Por ejemplo, decía: “¿gobiernan el mundo los mejores?” “No, claro” se respondía, para añadir a continuación: “por eso el mundo funciona como funciona”
Será por ello que entre los dirigentes mundiales parece circular la especie de que, con la crisis, no estamos para andarnos preocupando por asuntos menores, como el medio ambiente y esas zarandajas. Así pues, no parecen muy interesados en personarse en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable, más conocida como Rio + 20 que se va a celebrar del 20 al 22 de este mes.  Algunos de estos jerifaltes, que acaban de estar en las reuniones del G20, ya han dicho que no tienen hueco en su agenda. Rajoy sí va, mire usted por dónde, y no creo que sea al reclamo de la samba.  No van, por ejemplo, ni Obama, ni Cameron ni Merkel. Si asistirá Raúl Castro, qué cosas ¿eh?
Según estimaciones ponderadas, estos son los mimbres: actualmente en el mundo hay 7.000 millones de personas y, para 2050, seremos 9.000 millones; uno de cada cinco habitantes, es decir 1.400 millones, vive con 1,25 dólares diarios o menos; 1.500 millones de personas no tienen acceso a la electricidad; 2.500 millones no tienen saneamiento allá en donde (es un decir) viven; casi mil millones de seres pasan hambre todos los días; las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y más de la tercera parte de todas las especies conocidas podrían extinguirse si no se le pone freno al cambio climático.
¿Apocalíptico? Pues sí.  Pero es lo que parece que hay.
O peor: el director de políticas públicas de Greenpeace, Daniel Mittler ha dicho en un comunicado que  Río+20 “se ha transformado ya en un fracaso épico. Nos prometieron El futuro que queremos — es el nombre del documento oficial—, pero solo seremos una máquina contaminadora que va a cocinar el planeta, vaciar los océanos y destruir las selvas tropicales. Y el ex secretario de la Convención de la ONU para el Cambio, Yvo de Boer,  ha sentenciado sobre dicho informe oficial que "carece del deseo para introducir un cambio radical que resuelva problemas como la falta de alimentos y de agua o el aumento del precio de la energía".
Ahora que nos hemos convertido todos y que por fin hemos comprendido que la lucha contra el déficit y el crecimiento son las dos caras de la misma moneda, andar distrayendo a quienes mandan sobre la necesidad de que tan nobles ocupaciones han de tener como telón de fondo la conservación del planeta, supongo que es inapropiado y bastante coñazo. Así es que nada que los de Rio se lo pasen bien…y ya si eso.

domingo, 10 de junio de 2012

El orgullo y la vengüenza


Muy bien. Más allá del sin duda interesante debate sobre quién presionó a quién o el alborozo que nos produce saber que –según escribía la ministra Fátima Báñez en un twit- “Estamos haciendo historia” yo lo que quisiera es si, tras el rescate o ayuda financiera en condiciones chachis (que tampoco me interesa en exceso el debate semántico) pueden ser respondidas algunas preguntas y, puesto que escribo estas líneas, el día 10 de junio, que lo es De la Caridad, apelo precisamente al bonhomía de quienes nos gobiernan para que, si no por imperativo moral o legal, al menos lo hagan por condescendencia con el populacho.

Antes, sin embargo quiero hacer una pregunta que, siendo retórica pues nadie me va a responder, sirve para expresar mi perplejidad: ¿Por qué en lugar de entregar los millones al Estado para que se lo de a los bancos para –se supone- que estos lo reviertan a la economía productiva y a las familias, no nos lo dan directamente a las pymes, los emprendedores y las criaturitas del Señor, incluso al 3 por ciento de interés, teniendo en cuenta que somos más de fiar que los bancos y los gobiernos como ha resultado sobradamente probado?

Era un desahogo.

Tampoco quiero respuesta a si, siendo el Estado el receptor de los fondos y explícitamente quien  ha de atender los intereses del préstamo (no sé por qué, por cierto, lo de los intereses…pero eso nos llevaría demasiado lejos) la operación nos va a costar algo a los ciudadanos. Como más obligaciones derivan en más gasto público y, por tanto, un probable incremento de la deuda, es evidente que habrá nuevos recortes seguramente en la línea de las recomendaciones que la Comisión Europea ha hecho hace pocas fechas: incremento del IVA, retraso de la edad de jubilación, retoques a las prestaciones por desempleo y otras lindezas y, por tanto, en efecto, el pato lo seguiremos pagando la gente. Por eso no lo pregunto: mentirían como suelen.

¿Volverá a fluir el crédito y, por tanto, podremos utilizar por fin una herramienta fundamental para el crecimiento, esa necesidad que hace cuatro días negaban los conversos? Pues no es que no me interese saber la respuesta, es que creo que eso no lo sabe ni Dios. Sí, la banca dará un salto en el camino de su saneamiento, pero estamos en una recesión galopante y en tales circunstancias lo que cabe esperar a corto es más paro, más empobrecimiento de las economías familiares y ninguna facilidad real para las empresas y los emprendedores. Así es que ¿de dónde van a sacar los bancos pasado mañana una demanda solvente, entes a quien prestar con garantías?

Sí que me gustaría saber si, una vez salvada la cara, ahora que ya tenemos lo necesario para poner en orden la casa financiera y ya no importa el qué dirán, o la mala imagen, o la inoportunidad de señalar con el dedo, mi gobierno me va a defender propiciando que cada cual quede en el sitio que debe estar. Si va a permitir una Comisión de Investigación en el  Congreso y va a dar órdenes al Fiscal General para que deje de marear la perdiz. Todo eso, naturalmente, para que paguen los responsables, que es lo que aprendimos en el colegio.

Quisiera saber si va a hacer lo necesario para que gentes como yo y nuestros hijos, esto es, quienes llevaremos durante años una hipoteca que no hemos buscado, podamos volver a sentirnos orgullosos de ser españoles. Es que de tanto perder la confianza en la política, la judicatura, las autoridades fiscales, la iglesia, etc. estamos necesitados y, sinceramente, Don Pelayo y la Roja no me parecen símbolos suficientes. Y  José Tomás pa qué las prisas.

miércoles, 6 de junio de 2012

Los rectores y Wert (II asalto)

Tras el llamativo plante que los rectores de las universidades  españolas hicieron el pasado 23 de mayo al ministro Wert, mañana dia 7 de junio se reunirá de nuevo el Consejo Extraordinario de Universidades para hablar de los recortes en el ámbito de la educación superior. Como se recordará, aquella espantada se produjo al negarse el ministro a incluir en el orden del día el debate sobre la norma que responde al bonito nombre de Real Decreto de Medidas Urgentes de Racionalización del Gasto Público en el Ámbito Educativo.

Los rectores creen, según la postura oficial de la CRUE (la Conferencia que los agrupa) que en el mencionado texto normativo, ya convalidado por el Congreso de los Diputados, existen "dificultades técnicas" para la aplicación de algunas de las medidas planteadas. Exquisito y eufemístico lenguaje el de los magníficos que para eso ocupan el vértice de la pirámide en el tempo del saber.

El miércoles de la semana pasada y en sede parlamentaria Wert mostró su “disponibilidad al diálogo con los dirigentes universitarios” y dijo no tener "ningún problema" en introducir sus propuestas de mejora en el Real Decreto.  Así es que el ministro, salvo rarezas de última hora, estará en la reunión de mañana y ha ofrecido (ayer mismo durante una visita a un colegio en Valladolid) un debate "sincero, abierto y honesto" a los rectores para evitar los efectos "no deseados" y las "implicaciones negativas" estimadas por la comunidad universitaria.

Pero ¿qué hay tras tan exquisita esgrima verbal? Lo que hay tras el Real Decreto y otras medidas en relación a la Universidad española es el control gubernamental y/o de las administraciones autonómicas prácticamente absoluto de la universidad pública en perjuicio de la tradicional autonomía universitaria; la legitimación de la presencia de empresas privadas en la propia formación más allá de la mera colaboración; y la exclusión de hecho de la educación de las clases medias-bajas y trabajadoras, en razón de la insoportable subida de las tasas de matrícula.

Algunos ejemplos:

La sumisión de las universidades a la Ley de Estabilidad Presupuestaria significará de hecho que las CCAA decidirán directamente sobre las nuevas contrataciones y renovaciones de contratos del profesorado, sobre la consolidación o cambios en cuestiones estrictamente académicas como es la gestión de categorías de profesores titulares doctores, ayudantes contratados, etc; los rectorados también perderán el control práctico de la organización lectiva global, del mecanismo de traslados…

En lo que respecta a la presencia de la empresa privada en la universidad pública, hasta ahora se entendía como deseable (lo es, naturalmente) el establecimiento de alianzas estratégicas para desarrollar programas y proyectos. Ahora lo que se consagra es la posibilidad de desarrollar conjuntamente las enseñanzas mismas que, se orienta en el Decreto, han de conducir a la obtención de títulos universitarios de carácter oficial. En apariencia es un cambio puramente de matiz pero, en la práctica vuelve a ser un ataque a la autonomía universitaria.

Pero sin duda lo más grave es el incremento de las tasas y ello por dos razones, porque esa modificación significa de hecho un cambio de modelo en la enseñanza pública y porque, en la práctica va a implicar la inadmisión (cuando no la expulsión) al sistema de quienes no puedan costearse los estudios; además, con un feo resabio que podría llegar a calificarse de xenófobo.

Pensemos que la educación pública, como otros servicios esenciales, ya se paga con los impuestos en su mayor parte. De ahí que hasta ahora un crédito en grado costara al estudiante en primera matrícula 14,05% (lo cual representaba un 15% del coste real de la enseñanza) Con la aplicación de las nuevas normas, pasará a costar 23,4 euros, es decir, el 25% del coste real. En segunda y tercera matrícula el coste asumido por el estudiante puede llegar hasta el 75% (¡93,6 euros por crédito!) Será discutible como todo, pero a mí me parece que estamos pasando de la educación como derecho a la educación como servicio.

La discriminación económica llega a grados verdaderamente preocupantes si consideramos, por ejemplo, los másters. Se dirá que eso es natural cuando la enseñanza no es de grado. Pero es que afecta incluso a aquellos estudios que resultan imprescindibles para el ejercicio profesional. El Máster de Formación de Profesorado en Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato pasa de tener un coste de matrícula de 1.553 euros a 2.489. Pero hay más: imaginemos que un estudiante extranjero quiere hacer en España un post grado en Estudios Hispánicos; sus 60 créditos cuestan en este momento 1.534 euros, pero a nuestro estudiante le va a salir la broma por 10.022 euros el curso que viene solo por el hecho de llamarse Aixa, Smith, Rodrigues o Ngonga.

De modo que los Rectores y el ministro Wert se saludarán mañana como gentes educadas que son, tomarán un refrigerio como personas finas y provectas, nadie se levantará de la silla precipitadamente. Y ya veremos qué pasa cuando lleguen a los “efectos no deseados” y a las “implicaciones negativas”  La presidenta de la CRUE, Adelaida de la Calle dijo hace bien poco que no están en contra de la austeridad pero sí de que se “esté olvidando el valor social de la universidad”  En realidad poco van a poder hacer los rectores ante la apisonadora que en este ámbito conduce Wert  pero, si fuera necesario, esta vez deberían dar un puñetazo encima de la mesa; se lo agradecerían profesores, alumnos y observadores entre los que me cuento.