Se van a explicar en Berlín el próximo domingo día 13 de
este mes pero ya se ha filtrado el contenido de un avance que fue enviado a los
gobiernos en diciembre último según el cual, por ejemplo, para sostener un
aumento de la temperatura por debajo (las previsiones más pesimistas, hablan de
un incremento de 6 grados: una auténtica catástrofe) del orden de 2 grados para
finales de siglo que es el objetivo manifestado en las conversaciones
internacionales sobre el clima es necesario una reducción de entre 40 y 70% de
las emisiones en el horizonte de 2050.
De manera que cabe esperar recomendaciones muy drásticas
tras las reuniones del domingo; desde luego afirmarán categóricamente que el
mundo necesita hacer un cambio importante en sus inversiones tanto en los
combustibles fósiles (la principal fuente de las emisiones de carbono del
hombre) como en las energías renovables. Más concretamente: las inversiones en
combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, tendrían que bajar en 30
mil millones de dólares cada año, al tiempo que las empeñadas en las energías
renovables tendrían que aumentar en 147 mil millones.
Como en tantas cosas, es la hora de la política…de otra
política quiero decir.
¿Cómo nos concierne todo esto a España? Pues como en
todas partes cuecen habas, aquí también hay (todavía) quienes desde una
posición pseudocientífica niegan el cambio climático, quienes al frente de
importantes industrias solo parecen interesados en conservar sus puestos directivos
y sus bonus a costa de lo que sea,
incluido el planeta; necios que repiten como papagayos que la culpa del precio
de la luz la tienen las renovables, etc. Por fortuna todo eso es cada vez más
anecdótico.
En el otoño pasado, representantes de la CEOE,
InspirAction y Ecologistas en Acción, cada uno en aquello que más le concierne,
ya pidieron al Gobierno que refuerce una posición de lucha frente al cambio
climático en el escenario internacional, por ejemplo interviniendo
decididamente en el debate sobre los derechos de emisión de gases de efecto
invernadero, muy vivo en la UE; se exigió asimismo que España se tome más en
serio el cumplimiento de Kyoto y abandone un cierto el rol de víctima de la
crisis para abordar la elaboración de una "legislación ejemplificadora" en
materia de lucha de cambio climático y especialmente en materia de energías
renovables; y se pidió, por ejemplo, la prohibición expresa del fracking (https://www.youtube.com/watch?v=Z8lTMvtON5Q),
al tratarse de una de las tecnologías con la que se va a prolongar el uso de
combustibles fósiles, o la elevación al 50 por ciento el descenso de emisiones
para 2020.
La política, ya digo. La global y la local. ¿Podemos ser
optimistas? Claro ¿Es que hay otra opción?
Leer más:
Declaraciones del vicepresidente del Grupo II del Panel
de Expertos de Cambio Climático de la ONU, José Manuel Moreno, catedrático de
la Universidad de Castilla-La Mancha: