Desde ayer, día 16, Podemos
tiene en marcha un proceso inédito. Han puesto a disposición de la gente una
plataforma informática (http://podemos.info/) en la que quien lo desee puede votar las 365
propuestas que han sido previamente debatidas en las unidades básicas de
organización que son los Círculos. Las hay que aluden a principios éticos, a
derechos humanos, de tipo estructural, económicas, sociales…Basta registrarse y
ya se puede emitir el voto.
Paralelamente, quien esté interesando ha podido
inscribirse para estar presente en la Asamblea
Ciudadana Sí se Puede que se celebrará durante este fin de semana en Vista
Alegre Madrid y que constituye un punto de inflexión clave para el futuro que,
en ausencia de palabra por inventar o adoptar, llamamos formación, movimiento…
Aunque a las cabezas más visibles de Podemos no les guste mucho,
a partir del 15 de noviembre podremos llamarles “partido” pues en eso se
habrá convertido. O quizás, debiéramos decir un poco eufemísticamente que habrá
un actor más para que pueda cumplirse lo que establece el artículo 23.1 de la
Constitución: “Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos
públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en
elecciones periódicas por sufragio universal” No es mi intención debatir aquí
sobre la democracia representativa pero tal vez convenga recordar en estos
tiempos de apropiaciones (no solo de la bolsa y la hacienda ajenas) lo que
nuestro Tribunal Constitucional ha precisado varias veces: que la titularidad
del derecho de participación política corresponde en exclusiva a las personas
físicas y no la ha reconocido ni siquiera a los partidos políticos a pesar de
que estos sean considerados en el mencionado artículo "instrumentos
fundamentales de la participación política". Su carácter instrumental
coloca a los partidos no en la posición de usurpar la participación política
individual sino en la de promoverla concurriendo a su formación y
manifestación. Pero, ya digo, no quiero debatir esto ¿para qué si el
Constitucional, esa institución a la que tantas veces se pone en un brete, lo
ha dicho con claridad meridiana?
Cuando llegue esa fecha de noviembre habrá sucedido lo
siguiente: tras el encuentro presencial del próximo fin de semana en Vista
Alegre en el que se defenderán los borradores y resoluciones, se procederá a
votarlos; habrá seguidamente una presentación de los más votados y de las
candidaturas para ocupar los órganos de representación en el nivel estatal tal
como queden configurados en las resoluciones adoptadas; el proceso finaliza con
una nueva votación (como todas las demás abierta a todo el mundo que lo desee)
en este caso de los candidatos.
¿Qué es lo que sabemos de todo esto por los medios de
comunicación? Básicamente que en Podemos
hay dos posiciones: la que representaría Pablo Iglesias y la que encabezaría
Pablo Echenique. El Semanal Digital lo explicaba así hace unos días: “…los dos
grupos se enfrentan por la concepción definitiva de Podemos aunque de cara al exterior quiten hierro a sus
divergencias. Si los de Echenique piden, entre otras propuestas, una dirección
colegiada con varios portavoces e incluso el sorteo de militantes para formar
como miembros del futuro comité del partido, los de Iglesias abogan por la
creación de una Secretaría General y listas abiertas para el Comité “ http://www.elsemanaldigital.com/pablo-iglesias-se-encuentra-con-el-primer-embate-serio-dentro-de-podemos-138013.htm
Como tampoco deseo entrar en semejante debate
necesariamente intencionado, bastará con remitirme a las propuestas presentadas
a la Asamblea bajo el rubro de “Principios Organizativos” Eso sí, quien tenga
curiosidad deberá también tener paciencia puesto que no son dos, sino 98, de
variada procedencia y sentido: http://propuestas.podemos.info/index.php/questions/principios-organizativos
Se comprende, no obstante, que ante semejante
complejidad, ciertos medios tiendan a la simplificación, sin duda con el noble
deseo de hacernos la vida más fácil a los ciudadanos. Y si inventan
enfrentamientos más allá de una saludable confrontación es tan solo para poner
un poco de sal en tan plúmbeas cuestiones como es una forma nueva de hacer las
cosas…con la pereza que da eso.
¿Saben qué? Yo voy a participar en este proceso. Qué
quieren, me hace ilusión que alguien me pregunte sobre las cosas que me
incumben y que no solo me pida mi aval cada cuatro años después de engatusarme
con promesas que probablemente incumplirá sistemáticamente. Igual es que se trata
de eso, de ilusión, algo que ya no encuentro en lo que tenía hasta ahora…y mira
que me esfuerzo.
Y a lo mejor me animo, oye. Puede que cuando llegue el
momento de ir a las urnas entregue mi voto a quien consiga suscitar mi ilusión,
no a quien pida que vuelva a creer en quien precisamente la defraudó por mucha
historia que atesore y muchos méritos –me quito el sombrero…pero me lo vuelvo a
poner porque no escampa- que en el pasado tuviera; es que esto último no le
resuelve la vida a mi gente, ni su presente ni su futuro; y si no se la
resuelve a ellos, naturalmente a mi tampoco.
Ah, ¿que podría favorecer con ello la instauración de una
república bolivariana? ¿aquí? ¿en la vieja Europa? Hombre, no creo…pero, de
todas maneras, pues ya si eso…¡chévere, amigos!