A
comienzos de marzo de este año el Alto Comisionado para la Lucha
contra la Pobreza Infantil, institución creada en junio de 2018 y
dependiente de Presidencia del Gobierno, publicaba un
video utilizando
lo que los expertos llaman testimoniales. Pinchen
en este enlace para verlo antes de seguir con la entrevista
:
Cuando
lo hayan hecho, reparen en la fotografía que se reproduce a
continuación; es la imagen central de la campaña “La Infancia
marca” que hace unos días puso en marcha Save the Children.
Cuando
vuelvan a este texto, estarán condicionados. Es deliberado; las
reclamaciones a este que suscribe por obligarles a participar en el
juego.
Sea
cual sea la fuente que utilicemos, el panorama que describen es
inquietante por no decir otra cosa peor.
En España hay 1.400.000 menores que viven en situación de pobreza severa, y 2.200.000 en riesgo de pobreza. Para todos los observadores creíbles la situación se define como de “pobreza infantil estructural” y el aumento constante de la desigualdad la ha convertido en hereditaria.
En España hay 1.400.000 menores que viven en situación de pobreza severa, y 2.200.000 en riesgo de pobreza. Para todos los observadores creíbles la situación se define como de “pobreza infantil estructural” y el aumento constante de la desigualdad la ha convertido en hereditaria.
Gabriela
Jorquera es especialista
e investigadora en pobreza, desigualdad y exclusión social. Ha
realizado proyectos de
intervención social en contextos de exclusión en España y Chile.
Ha
escrito diversos artículos, informes y guías de estilo en el ámbito
de políticas sociales, pobreza y la exclusión y derechos
económicos, sociales y culturales. Imparte
seminarios en
distintas
universidades
y cursos para profesionales y voluntarios.
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A
menudo utilizamos conceptos cuya comprensión por la gente corriente
damos por sentada, pero tal vez eso no esté tan claro ¿A qué
llamamos “pobreza severa” y a qué “riesgo de pobreza”?
Son
indicadores estadísticos acordados en el seno de la Unión Europea
que utilizamos a modo de termómetro común para medir a qué
‘temperatura’ estamos en esta materia. Ordenamos a toda la
población, desde los que tienen más dinero a los que tienen menos,
y establecemos un punto de corte que llamamos umbral de la pobreza
cuya definición sería: aquellas personas que viven en hogares que
ganan menos del 60% de la media de los ingresos por unidad de
consumo.
Aclarémoslo
un poco más
Sí,
tenemos ciertamente un problema con eso. Nuestros indicadores son
difíciles de explicar a los no especialistas. Es seguramente
deformación estadística. Veamos la definición por el final: la
unidad de consumo sería, por ejemplo una persona o una familia;
podemos estimar cual es el nivel de renta necesario que se necesita
para vivir, digamos dignamente, no con desahogo pero sí sin
aprietos, en un país concreto. Así, no son los mismos, obviamente,
los recursos que se necesitan en una casa en donde vive una sola
persona que en una en donde vive una madre con dos hijos por ejemplo;
el 60 por ciento de ese volumen de recursos es el umbral.
Naturalmente,
las estimaciones no son las mismas para Occidente que para los países
en desarrollo.
Nada
que ver, claro. Los niveles de vida básicos son distintos. En Europa
no medimos el acceso al agua potable; en Mauritania, por ejemplo, eso
es fundamental. Y, en cambio, en los países de nuestro entorno es
determinante medir la capacidad de acceso a la vivienda, o la calidad
del trabajo disponible; en los países del Tercer Mundo hablamos de
desnutrición y aquí de malnutrición o de alimentación saludable.
¿Cuales
son en España esos umbrales?
Para
una persona que vive sola está en 710 euros al mes, es decir, si
gana menos está en riesgo de pobreza y a medida que se aleja de esa
ratio hacia abajo se acerca más a la pobreza severa. Si se trata de
dos adultos que viven juntos, el umbral es 1.065 euros, si tienen un
niño, 1.278 y si tienen dos son 1.490. Pero es importante destacar
más allá de la frialdad de las cifras que si partimos, por ejemplo,
de 1.490 (repito, dos adultos y dos niños) y vamos descendido,
encontraremos una casuística muy variada llena de problemas de todo
tipo.
Mucha
gente encaja en esos mimbres.
Mucha,
sí.
Y
hay algo que en el caso español es especialmente significativo, la
inseguridad, la escasa capacidad para poder afrontar problemas
sobrevenidos; cualquier imprevisto (unos ‘brackets’, unas gafas,
una enfermedad crónica) es un gran descalabro. Esa es quizás la
característica mas notable de la pobreza en España.
Hace
poco tiempo hicimos unas encuestas y se constata que para el 85 por
ciento de la población la pobreza infantil es un problema muy
importante y se percibe cerca porque aunque formalmente ya hemos
salido de la crisis económica, mucha gente sigue siendo muy cauta si
es que no evita directamente gastos relacionados con el dentista o el
psicólogo infantiles o los refuerzos y las actividades
extraescolares que deben pagarse aparte.
Por
completar el cuadro respecto del cálculo del umbral, Save de
Children ha hecho unas estimaciones que ayudan a entender la
relación entre los recursos disponibles y el gasto. Así, el coste
de la crianza aumenta con la edad: la media para el tramo de 0 a 3
años es de 480 euros mensuales (entre el 30 y el 40 por ciento
corresponde a conciliación es decir, guardería, etc) para el tramo
de 4 a 6 es 518; 577 de 7 a 12 y para el tramo 13 a 17 es de 600
euros. No es difícil sacar conclusiones nada halagüeñas.
¿Uno
de cada cuatro niños está en España en estos momentos en riesgo de
pobreza?
Más.
En España hay 8 millones de niños. El 28,3 por ciento están en
riesgo de pobreza. Y si hablamos de pobreza severa estamos en el 15,6
por ciento.
¿Como
ha evolucionado esta situación históricamente? ¿Hay relación con
el ensanchamiento de la brecha de la desigualdad?
Parecería
que el problema es crónico en España. Antes de la crisis económica,
esto es, más de diez años atrás, el nivel de pobreza estaba entre
un 19 y un 20 por ciento. Y claro que hay relación con la
desigualdad en un sentido concreto: tiene que ver menos con el
despegue de los más ricos y más con el deterioro de los más pobres
y el descenso de las capacidades de personas que no eran pobres antes
de la crisis. Y sucede siempre que cuando la crisis pasa, no se
vuelve automáticamente a la situación precedente, así es que la
pobreza en términos absolutos crece y en muchos casos se cronifica.
Es mucho más fácil entrar en la pobreza que salir de ella y cuanto
más tiempo se mantenga esa situación se incrementa la dificultad
para salir.
La
OCDE publicó a principios de año lo que se ha dado en llamar ‘el
ascensor social’ y para España lo que dice es que una persona
necesitaría el equivalente a cuatro generaciones para salir de la
pobreza; el ‘ascensor’ está escacharrado. Las herramientas de
las que dispone un estado para rescatar de la pobreza no están
funcionando en nuestro caso, como no funcionan los mecanismos para la
transferencia de la riqueza.
¿Como
afecta eso expresamente a los niños?
Para
los niños que crecen en la pobreza, las oportunidades de salir de
ella son muy escasas. Es un clásico: el 80 por ciento de los niños
que crecen en pobreza serán adultos pobres. Si miramos a Europa,
España es el país que menos capacidad tiene para disminuir la
pobreza en los niños.
¿Porqué
es así?
Porque
no hay políticas de transferencia de rentas hacia los niños.
Nuestra inversión en infancia es llamativamente baja en términos
comparativos y en el ámbito de la UE.
En
la España que tiene este problema, al parecer crónico, ha gobernado
a lo largo de los años la derecha y la izquierda. ¿No hay
diferencia?
No
hay diferencia.
Tremendo
¿no?
Hemos
visto en la pasada legislatura que por primera vez la lucha contra la
pobreza infantil se ha considerado como una prioridad. ¡Por primera
vez en nuestra historia! El Alto Comisionado se creó para eso. Por
mencionar algo concreto: la prestación por hijo a cargo en España
no es universal sino para casos extremos y la cuantía es muy baja,
unos 250 euros al año, al año...¡24 euros al mes! En otros países
de la UE las prestaciones son mucho más generosas.
¿Por
ejemplo?
En
Alemania esta prestación es universal y son 200 euros mensuales por
niño; por el primero 200, igual por el segundo y algo más por el
tercero.
En
España, ciertamente, hay algunas prestaciones que conceden las
comunidades autónomas siempre para las rentas mínimas. No hay
uniformidad. Navarra y Euskadi, tienen las más altas y,
consecuentemente, son las comunidades que menos pobreza infantil
soportan. En otras zonas, en cambio, la precariedad en esta materia
es muy grande.
¿Hay
diferencias significativas pues
en la distribución
de la pobreza infantil por zonas geográficas?
Sí.
Y la respuesta a esa pregunta es muy convencional, pero es lo que
hay. Estamos divididos en dos entre un Norte rico y un Sur pobre. No
será ninguna sorpresa si digo que las mayores tasas de pobreza están
en Andalucía, Extremadura y Canarias.
¿Pobreza
por razón de la procedencia, hijos de españoles e hijos de
inmigrantes?
Hay
mayores tasas de pobreza entre los extranjeros. La incorporación de
los emigrantes al mercado de trabajo es más lenta y menos
cualificada y ello independientemente de su formación. Todo desde
luego en un contexto común para todos que es la precariedad.
¿Y
por el tipo de familia?
Hay
algo muy llamativo. Aproximadamente el 48 por ciento de las familias
mono parentales están en riesgo de pobreza; y hemos estado peor. Es
un grupo de población de mayor riesgo.
¿Se
pueden sacar conclusiones desde una perspectiva de género?
Claro.
Sin duda. Puesto que medimos, como comente antes, por unidad
de consumo, por hogar, se pierde en principio esa perspectiva. Pero
sabemos que en el 80 por ciento de las familias compuestas por un
adulto y un hijo, el adulto es mujer. Y es en donde se producen
mayores índices de pobreza severa y además de larga duración; un
número elevado de estas familias llevan al menos tres años en
situación de pobreza. Y hay algo que se pone de manifiesto cada vez
que se analiza: el efecto de la maternidad sobre el salario; en el
caso de los hombres que son padres no hay tal efecto pero en el caso
de las mujeres sí y en sentido negativo, lo cual es un factor más
que abunda en la precariedad.
Dígame
telegráficamente cuales son los efectos de la pobreza infantil sobre
algunos items clave:
Alimentación,
salud…
Categóricamente:
aún cuando se tenga acceso de modo genérico a los sistemas de salud
públicos, vivir en la pobreza significa tener una salud peor. Y esto
en los niños es una rémora que probablemente se arrastrará toda la
vida. Un efecto que tal vez a alguien le pueda parecer paradójico:
las tasas de obesidad son más altas en los niños pobres.
Sencillamente: comer saludable es más caro. Hemos visto que comer en
el colegio está relacionado con índices menores de sobrepeso;
obviamente los niños pobres amenudo no van a los comedores
escolares. Y, desde luego, no se trata solo de disponer de más
dinero, sino de recursos en general y la precariedad lleva aparejado
un menor conocimiento de hábitos saludables, estrategias
preventivas, etc, además de menor acceso a asistencias relacionadas
específicamente con la situación de pobreza, como por ejemplo el
tremendo estrés que eso provoca en los niños y en sus mayores con
el efecto rebote que esto implica.
Educación
y cultura…
España
tiene unos niveles de fracaso escolar llamativamente altos y nada
hace pensar que en el corto plazo eso vaya a cambiar. Las tasas de
abandono escolar han descendido en los últimos años, sí...pero no,
o mucho menos, entre la población pobre...y ello si entrar en
cuestiones más de detalle ¿qué hay de la autoestima de los chicos
y chicas cuando ven que se retrasan con respecto a sus compañeros?
¿qué de la pérdida de talento por no haberles prestado la atención
necesaria? El Estado no provee de instrumentos
para revertir esta situación. Y es un círculo vicioso
del que no conseguimos salir. Aunque diré para no resultar
demasiado pesimista que, como dice un viejo aforisma, todo círculo
vicioso puede acabar siendo un círculo virtuoso.
Romper
el círculo. La
campaña que Save
the Children acaba
de poner en marcha
“La
infancia marca” utiliza
una imagen peculiar
que es la que encabeza esta entrevista:
la caracterización de los principales líderes políticos como
pobres.
¿Cual
es el objetivo? ¿Porqué
es necesaria esta campaña?
A
pesar de ese aspecto penoso
con el que aparecen, la han apoyado (quizás porque estábamos en
campaña electoral) Bromas aparte: es
muy didáctico ver como podría haber sido su vida de no haber tenido
oportunidades. Tendemos a pensar los humanos que si la vida nos trata
bien, eso se debe exclusivamente a nuestros propios méritos. Pero
no, el éxito precisa de apoyo, de ayuda y esos líderes tienen la
responsabilidad de proveerlos en
el presente y en el futuro.
Gabriela
Jorquera, especialista
en pobreza y desigualdad infantil
de
Save
The Children.
Juan A. Cabrera