Fitur, la Feria Internacional de Turismo, afirma que la
sostenibilidad es un tema central en la edición actual de esta feria
dedicada a un sector intensivo en la emisión de gases de efecto
invernadero.
El avión es el medio más usado por el turismo y un gran responsable
de esta huella ecológica.
Para
Ecologistas en Acción, la reducción del número de vuelos resulta
fundamental para frenar el cambio climático y avanzar hacia un
modelo de turismo más sostenible y justo.
Fitur
afirma este año que la feria internacional de turismo se centra en
la sostenibilidad. Ante esta declaración, Ecologistas en Acción ha
recordado que el turismo es un sector en el que la huella de carbono
creció de 3,9 a 4,5 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO₂)
entre 2009 y 2013, una cifra que supone el 8 % de las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial.
Según
la organización ecologista, no parece que Fitur tenga un compromiso
real con la sostenibilidad. Un ejemplo es lo que sucede con el
transporte aéreo, que representa la mayor parte de la huella de
carbono del sector. Por ello, Ecologistas en Acción ha enfatizado
que las aerolíneas deben dejar de lado sus actuales medidas
cosméticas de lavado verde (Iberia se presenta en Fitur con un
estand de papel) y comprometerse a aplicar medidas concretas y
ambiciosas de reducción de su huella de carbono.
Hay
que tener en cuenta que la expansión de la aviación y el
crecimiento masivo del turismo están estrechamente ligados. En 2017
el
57
por
ciento)
de todos los desplazamientos por turismo fueron realizados en avión,
según datos de la Organización Mundial del Turismo. Y, según dicha
entidad, en 2018 el número de viajes internacionales se situó por
encima de los
1.400
millones
superando las previsiones que el propio sector manejaba.
El
aumento del número de vuelos en los últimos años ha supuesto un
crecimiento exponencial de las emisiones de GEI del sector. Mientras
que las emisiones mundiales de CO2 aumentaron un 25 por
ciento
entre 1990 y 2010, las de la aviación se incrementaron en más de un
70 en el mismo período.
Además,
las previsiones son realmente preocupantes: en un informe de 2015
para el Parlamento Europeo, el grupo de investigación Öko-Institut
ya advirtió de que las emisiones de CO2 de la aviación
internacional podrían alcanzar el 22
por
ciento
de las emisiones mundiales
en 2050.
Por
otro lado, los impactos de la aviación como medio de transporte no
se limitan únicamente al ámbito ambiental. Desde una perspectiva
social y económica, Ecologistas en Acción ha recordado que el avión
constituye el medio de transporte más injusto. En primer lugar, por
ser elitista: se estima que menos del 10 por ciento de la población
mundial ha cogido o cogerá alguna vez un avión. A pesar de ello,
los impactos ambientales de la aviación afectan al conjunto del
planeta y, especialmente, a los países y comunidades más
vulnerables.
En
segundo lugar, la aviación afecta de manera directa al bienestar de
las personas que viven cerca de infraestructuras aeroportuarias:
estas sufren más enfermedades derivadas de la mala calidad del aire
y el ruido, y, en numerosas ocasiones, comunidades enteras son
despojadas de sus tierras para la construcción de aeropuertos. En la
actualidad hay cartografiados más de 1.200 proyectos de construcción
o expansión de infraestructuras de este tipo a nivel global.
Por
último, la industria de la aviación vive en un sistema de
privilegios que explica en gran parte su posición dominante frente a
otros medios de transporte más sostenibles. Las múltiples ventajas
fiscales (como la exención de impuestos al combustible o tipos
reducidos de IVA) de las que disfrutan, así como las subvenciones
millonarias que aerolíneas e infraestructuras aeroportuarias reciben
para mantener artificialmente su rentabilidad, ponen en una injusta
situación de ventaja al avión respecto al tren o al autobús.
Frente
a este modelo de movilidad y de turismo insostenible y destructivo,
que desafía los límites del planeta y se centra únicamente en
satisfacer las pautas de consumo de una minoría a nivel global,
Ecologistas en Acción defiende un paradigma de turismo de distancias
más cortas. Un turismo de tiempos más largos y más manejable, con
sistemas de transporte más limpios.
Dentro
de ese modelo, la reducción del número de vuelos resulta una
condición fundamental. Para ello, deben ponerse en marcha políticas
que desmonten los privilegios de la industria de la aviación y que
fomenten alternativas de transporte más sostenible, fundamentalmente
a través de la mejora de las infraestructuras ferroviarias y de la
recuperación de líneas de tren nocturno.