miércoles, 20 de junio de 2012

Rio + 20

Mi abuela, que era persona culta, hacía a veces preguntas retóricas. Por ejemplo, decía: “¿gobiernan el mundo los mejores?” “No, claro” se respondía, para añadir a continuación: “por eso el mundo funciona como funciona”
Será por ello que entre los dirigentes mundiales parece circular la especie de que, con la crisis, no estamos para andarnos preocupando por asuntos menores, como el medio ambiente y esas zarandajas. Así pues, no parecen muy interesados en personarse en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable, más conocida como Rio + 20 que se va a celebrar del 20 al 22 de este mes.  Algunos de estos jerifaltes, que acaban de estar en las reuniones del G20, ya han dicho que no tienen hueco en su agenda. Rajoy sí va, mire usted por dónde, y no creo que sea al reclamo de la samba.  No van, por ejemplo, ni Obama, ni Cameron ni Merkel. Si asistirá Raúl Castro, qué cosas ¿eh?
Según estimaciones ponderadas, estos son los mimbres: actualmente en el mundo hay 7.000 millones de personas y, para 2050, seremos 9.000 millones; uno de cada cinco habitantes, es decir 1.400 millones, vive con 1,25 dólares diarios o menos; 1.500 millones de personas no tienen acceso a la electricidad; 2.500 millones no tienen saneamiento allá en donde (es un decir) viven; casi mil millones de seres pasan hambre todos los días; las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y más de la tercera parte de todas las especies conocidas podrían extinguirse si no se le pone freno al cambio climático.
¿Apocalíptico? Pues sí.  Pero es lo que parece que hay.
O peor: el director de políticas públicas de Greenpeace, Daniel Mittler ha dicho en un comunicado que  Río+20 “se ha transformado ya en un fracaso épico. Nos prometieron El futuro que queremos — es el nombre del documento oficial—, pero solo seremos una máquina contaminadora que va a cocinar el planeta, vaciar los océanos y destruir las selvas tropicales. Y el ex secretario de la Convención de la ONU para el Cambio, Yvo de Boer,  ha sentenciado sobre dicho informe oficial que "carece del deseo para introducir un cambio radical que resuelva problemas como la falta de alimentos y de agua o el aumento del precio de la energía".
Ahora que nos hemos convertido todos y que por fin hemos comprendido que la lucha contra el déficit y el crecimiento son las dos caras de la misma moneda, andar distrayendo a quienes mandan sobre la necesidad de que tan nobles ocupaciones han de tener como telón de fondo la conservación del planeta, supongo que es inapropiado y bastante coñazo. Así es que nada que los de Rio se lo pasen bien…y ya si eso.