lunes, 11 de febrero de 2019

Muchos o pocos, mentiras.


En el muro de Faceboock de Eduardo Sotillos, periodista por lo general moderado y ecuánime, que en su día ocupó un cargo relevante en los gobiernos de Felipe González, pudo leerse lo siguiente ayer: "Intentaré ser objetivo... El número de manifestantes ha sido alto, pero no excepcional. 50.000 personas es una cota elevada, que no suele superarse aunque los organizadores hablen de cientos de miles. El dato que dan, 200.000" Y unas horas más tarde recomendaba: "Consejo para dormir o despertarse a gusto. Leed El País y El Periódico si preferís que lo de Colón haya sido un fracaso...o ABC y La Razón si pensáis que ha sido un éxito.. Ojo con no equivocarse en la elección. Para los simplemente curiosos recomiendo Le Figaro, Te Guardian o La Repubblica"

El jueguecito como de un Dios menor un punto pretencioso, como corresponde, de apriorismos, atinados en todo caso, esconde una falsedad: para que la aproximación al suceso de ayer en Colón tenga una mínima pretensión sincera de objetividad, no puede quedarse en consideraciones sobre el número de asistentes. Ya lo remarca un habitual de este muro, un tal José Zaragoza un tipo que dice ser socialista (no confundir con el diputado del mismo nombre)  "¿Qué más da 50.000 que 200.000? Yo sé que esta última es la cifra real, y aún así me parecen pocos. Debió haber millones; este gobierno no se puede aguantar ni cinco minutos más..."

El huevo de la serpiente se incubaba ayer en la Plaza de Colón de Madrid, pero también pasa cada día en la redes sociales al calorcito de la libertad de expresión y de la generosidad de gentes que tal vez consienten demasiado.

¿No importa en términos de objetividad qué dice el manifiesto leído por tres presuntos periodistas que si alguna vez lo fueron, ayer dejaron de serlo? Si, claro que importa. Más aún, a mi juico, semejante sarta de medias verdades y mentiras flagrantes, vuelve irrelevante el número de asistentes. Por decir algo positivo: resulta algo reconfortante, aunque desde luego un punto ingenuo, pensar que no fueron muchos en términos comparativos quienes se expusieron a semejante ejercicio de cinismo, manipulación y ataque frontal a la Constitución que dicen defender estos patriotas de todo a cien.