martes, 27 de noviembre de 2012

Responsabilidad Social Corporativa


Si a usted, lector, le hablan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Empresarial (RSE) que tanto da, lo más probable es que no sepa de qué se trata, aunque acaso tuerza el gesto levemente o, si le aclaran que de lo que se habla, por ejemplo, es de bancos -corporaciones, empresas al cabo- la mueca se convertirá con toda probabilidad en un gesto de perplejidad y/o irritación: ¿cómo? ¿responsabilidad? ¿social? ¿bancos?

La semana pasada los laboratorios farmacéuticos Novartis en colaboración con Forética (una Fundación especializada en RSC o RSE) presentaron en Madrid un interesante trabajo en el que se explica la presencia que estos temas tienen en los medios de comunicación. Es particularmente valiosa la parte en la que se alude a los llamados social media, las redes sociales para entendernos; por ser, no obstante, algo más especializado, me referiré a ello dentro de unas fechas en el blog sobre comunicación: http://puntocerocomunicacion.wordpress.com/

El estudio de Novartis-Forética puede consultarse en: http://www.foretica.org/

Novartis es aquel conglomerado empresarial que se opuso de manera furibunda a la producción de medicamentos genéricos y denunció en 2007 al gobierno de India por consentirlo. Ya se comprenderá que no traigo esto a colación por meter el dedo en el ojo a nadie, sino para que sepamos quién es quién. Y conste que no soy nada fundamentalista al respecto: creo que si una empresa favorece a los públicos de su interés –lo que en terminología de RSC se llaman stakeholders-  o al público en general con actuaciones (becas de estudio, acciones humanitarias, etc, etc) es natural que intente sacar partido de ello tratando de explotar en términos de marketing la buena reputación obtenida. Siempre que no haga trampas, claro.

Parte la repetida investigación de una definición clásica de la RSC, tal vez de utilidad para quienes nada saben de estas cosas : “Es, en esencia, un concepto de gestión en la medida en que tiene por objeto incorporar aspectos sociales, ambientales, éticos y de buen gobierno a la estrategia y procesos de negocios de la empresa” Dicho de otro modo: las corporaciones que adoptan este enfoque van más allá del cumplimiento de las normas adoptando conductas socialmente excelentes.

Como seguro que entre mis lectores hay mucho descreído, ya les estoy viendo la cara de cachondeo. Pero no, queridos, esto es un asunto tan serio como que representa un nuevo paradigma de la misión y la visión empresariales. Y lo dejaremos ahí. Por ahora.

Cuatro días después de la presentación del estudio de Novartis, el diario El País publicó un extra ("Negocios Éticos") precisamente sobre RSC: 14 páginas muy recomendables para cualquiera que tenga curiosidad por todo esto. Lástima que los autores del estudio no lo hayan podido conocer con anterioridad a su trabajo; hubiera sido ilustrativo leer sus comentarios.

Por ejemplo, titulares a destacar: que las pymes que tienen una tradición sostenible están sorteando mejor la crisis; o que se está registrando un incremento del apoyo de las empresas del IBEX a los emprendedores; o que el Banco Santander ha cuadruplicado sus fondos para becas en los últimos diez años, etc. Es la de cal.

La de arena es, por ejemplo, lo que menciona en un artículo del extra Miguel Ángel García Vega y cuyo título lo dice todo: “Sin moral, números rojos” ¿Que de qué habla? Del sector financiero, claro. Una gran paradoja porque este sector siempre ha sido muy sensible al desarrollo de la RSC…ya hemos visto en la calle hasta qué punto. Tanto que, como destaca García Vega “…problemas como las preferentes, subordinadas o los desahucios solo se ven en España. No aparecen en ningún otro país de la eurozona” “…ese es un dolor concreto; el otro es interrogarnos sobre si la finanzas españolas no tendrán un déficit ético en el sentido más profundo del término” ¿Cuánto les costará a los bancos españoles recuperar la confianza de los operadores y, sobre todo, de los clientes? Quien puede saberlo.

Deberíamos interrogarnos, como dice García Vega, sí. Y también acaso sobre si tal déficit lo padecen igualmente las eléctricas, las energéticas o los operadores de telefonía españoles, sectores todos ellos pioneros también en implementar estrategias de RSC en sus organizaciones.