miércoles, 8 de noviembre de 2017

Franquismo. Presos políticos





Sólo un tonto de baba puede sostener que vivimos en un régimen franquista. Conviene, sin embargo, no ponerse estupendos con estas cosas, ni en un sentido ni en otro. El tonto de baba, como tal, no puede ser tenido en cuenta; como aseguró el gran filósofo Forest Gump que decía su madre: “tonto es el que dice o hace tonterías” No cuenta...si, en efecto, son tonterías sin más.

Quién detecta en la actualidad comportamientos “franquistas” en conductas de nuestra clase política y de las instituciones y lo expresa de ese modo, lo hace por analogía. Esto que digo no es más que una obviedad y no procede de un juicio razonado ni tiene pretensiones de exactitud conceptual pues, como digo, solo un lerdo podría insistir en el despropósito histórico y social.

Ocurre lo mismo con la expresión “preso político” Se podrá discutir si los ex consellers y los jordis (no hay más supuestos en cuestión que yo sepa) están en prisión por razones de carácter ideológico-político (para mi, no en el primer caso, sí en el segundo, aunque me parezca una barbaridad que estén encerrados unos y otros) Pero, evidentemente, no son “presos políticos” si la referencia es aquellas personas que sufrieron persecución y cárcel durante el franquismo. Lo cual es, desde luego, otra obviedad.

¿Entonces es solo un problema semántico?

Claro que no: quienes usan “franquismo” y “presos políticos” como expresiones muy gráficas pero no precisas o equivalentes en términos históricos, lo hacen porque entendemos inmediatamente a qué se refieren ¿a que sí? Y, por supuesto, tienen una clara intención en términos de comunicación política.

Quienes se ponen como una moto cuando las escuchan, reaccionan devolviéndolas a quienes las emplean con intención de desprestigarlos: son unos ignorantes y unos irrespetuosos, aseguran; solo les falta añadir (hay quien lo hace) que son jóvenes y, por tanto, indocumentados. Y en el caso de algunos medios de comunicación que se apuntan a este juego del absurdo o la manipulación, llegan incluso a utilizar una herramienta de más que dudoso gusto: entrevistar a viejos represaliados por el franquismo a quienes preguntan si lo que ellos vivieron se da ahora; claro, como solo cabe responder que no, pues es evidente que lo que se busca no es respuesta o aclaración alguna, sino provocar lástima, indignación o no se muy bien qué.

Francamente, no tengo claro quien insulta más y peor a nuestra memoria histórica. O quizás sí.
 
La fotografía muestra a Ángel León, militante comunista, en la prisión de Carabanchel. 1971