En el otoño de 2008 la crisis se llevó por delante a El Universo de Madrid, la única
experiencia de diario de información general que ha tenido esta ciudad. Se lo
llevó la crisis y los tejemanejes de compañeros de viaje del PP de Aguirre y
tipos con el carnet del charrán algunos de los cuales, supimos luego y
sospechábamos ya, manejaban con soltura tarjetas black, asociados con un empresario del ladrillo con expectativas. La
empresa editora cerró de la noche a la mañana, cambió la cerradura de la sede y
se cargó en un pis pas el esfuerzo y la ilusión de periodistas y lectores y, de
paso, la vergüenza, la decencia y la libertad de expresión. Este que suscribe
denunció el caso ante la Asociación de la Prensa de Madrid: no emitió
comunicado alguno en amparo.
La historia que les acabo de contar no es conocida y, al cabo,
es asunto menor comparado, por ejemplo, con la actual y miserable explotación
generalizada de becarios o falsos autónomos, la incorporación en los consejos de
administración de las empresas editoras de políticos de probada afición a las
bambalinas y las cloacas del Estado, las llamadas telefónicas de empresarios,
ministros, banqueros, algunos directores de comunicación y otros especímenes a los
responsables editoriales para condicionar su trabajo y el de los profesionales
a su cargo, el cierre del grifo en las campañas publicitarias o institucionales
a los medios poco dóciles... Los periodistas estamos acostumbrados a convivir con eso, del mismo modo que un abogado de oficio lo está a relacionarse con el crimen por mucho que le repugne el criminal al que debe defender o un médico se hace a recomponer como puede el cuerpo de quien llega destrozado tras un grave accidente de tráfico aún cuando el estómago y el corazón se le remuevan. Porque la APM lo sabe, no se ha pronunciado sobre esas miserias de la profesión con un comunicado urgente. Nunca.
Miren, en resumen: la Asociación de la Prensa de Madrid y
las de otros lugares, la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, el
Club Internacional de Prensa, y otros bonitos reductos gremiales no sirven para
nada. Y algunos de sus cargos son gentes que se resisten a entender que
el tiempo pasa y es inexorable.
Me disculparán que hable de mí, pero es que este post va de
periodistas y el que suscribe siente verdadera vergüenza cuando lee el
comunicado ( http://www.apmadrid.es/comunicado/comunicado-de-apm-ante-el-acoso-de-podemos-a-periodistas/)
de la APM. Ni se identifica a los denunciantes, ni se muestran las pruebas de
la denuncia, por lo demás imprecisa, que hacen. Victoria Prego aseguraba ayer en televisión que los
nombres y las pruebas “son propiedad de los denunciantes” y que la Asociación “protege
sus fuentes y no las rebela” Lamento decirlo, pero a Prego se le ha ido definitivamente
la olla. Siguiendo con la gilipollez o
el delirio: hay quien opina que este silencio es natural, pues los damnificados
deberán seguir con su trabajo cerca de Podemos y, al revelarse su identidad, sus personitas y su
trabajo podrían verse afectados; es comprensible, como todo el mundo conoce, la
formación que lidera coleta morada tiene un poder inmenso, omnímodo, fulminante, en nuestro
país y en el universo todo a través de sus conexiones bolivariana e iraní.
Hoy hemos sabido que este asunto de la nota se fraguó y se
decidió entre cuatro personas cercanas a la presidenta y ella misma, es decir
de espaldas a la gran mayoría de los vocales y con cierta nocturnidad y findesemanavosía.
Uno tendería a tomarse a broma todo esto, una broma triste
eso sí, pero es que aparte el despropósito concreto (por decir algo) que motiva
la iniciativa de Prego y su séquito, por ingenuidad culposa o complicidad criminal y en la vanguardia de algo muy feo, resulta que se permiten escribir: “La APM pide a los periodistas que resistan
las presiones, vengan de donde vengan, en el convencimiento de que esta
asociación les amparará siempre en la defensa de su derecho a la libertad de
expresión y en su deber de ejercer la libertad de información” Para resistir las presiones no les necesitamos, nunca les hemos necesitado y, en cuanto al resto del párrafo pues, sencillamente, es mentira lo que dice.
Como no pongo en duda lo que dices, esta otra realidad que los demás desconocemos, debe hacerse pública como tú lo estás haciendo...
ResponderEliminarPerfecto artículo...
Gracias
EliminarDe acuerdísimo. Es que el asunto no es Podemos sino la Sra Pregó y la APM. Y claro, cuando el periodista es la noticia, mal asunto: un cirujano no se puede operar a sí mismo.
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